Aquí se entrenan los campeones cubanos del ring
Este es el Gimnasio de Boxeo Rafael Trejo, un espacio sin mucha tecnología en el que actualmente se preparan más de 100 deportistas bajo el sol inclemente de La Habana. Un fotorreportaje lleno de puños.
Eligio Sardiñas Montalvo, alias “Kid Chocolate”, fue el boxeador más importante de la historia cubana, ganando un centenar de combates por K.O. y perdiendo solo unas pocas batallas en toda su carrera.
Él fue el primer boxeador que salió de la isla hacia Estados Unidos, no solo con el sueño de poner el nombre de su país en lo alto, también con la esperanza de mejorar su calidad de vida.
En los años treinta el boxeo se oficializó y ahora es el segundo deporte más popular en la isla, después del beisbol. Hoy, en una de las muchas calles antiguas de La Habana, está el Gimnasio de Boxeo Rafael Trejo, considerado la cuna en la que muchos de los mejores deportistas y campeones mundiales de Cuba crecen y se forman como boxeadores (conozca también uno de los gimnasios mexicanos más célebres del mundo del boxeo).
Con entrenadores de primer nivel que han participado en olimpiadas y otras competencias internacionales, los 110 atletas de entre 10 y 20 años que asisten al gimnasio han encontrado en el boxeo una opción de vida; con los puños ven la oportunidad de conocer el exterior y hacer realidad sus sueños.
Ismael, Gustavo, Nardo, Luna y Yoendis han dedicado parte de su tiempo a entrenar frente a una tula, dentro de un ring, sobre unas graderías de madera y con guantes bien apretados. La concentración, la persistencia, la movilidad y el silencio son las virtudes que los han hecho ser lo que son.
Combatiendo con sus puños de acero y entrenando hasta el cansancio, estos jóvenes han logrado ser campeones provinciales diez veces consecutivas y, aunque esto no logre saciar la sed de victoria, esperan seguir luchando para estar entre los mejores deportistas del mundo.
El Gimnasio de Boxeo Rafael Trejo es un espacio que fue adecuado para ese deporte entre dos edificios, en la zona de la Habana Vieja. Con tribunas de madera, un ring desgastado y equipo rústico de entrenamiento, este lugar es uno de los más importantes del país por haber entrenado a varios campeones mundiales de boxeo cubano.
Los integrantes del gimnasio comienzan sus entrenamientos con ejercicios de calentamiento dirigidos por un entrenador. Estos movimientos coordinados y repetitivos, realizados a distintas velocidades, son bases fundamentales para enfrentar un oponente.
El entrenador muestra a sus alumnos la importancia de tener concentración y fortaleza a la hora de golpear a un oponente.
Mientras tanto, otro deportista se mueve en el campo de combate para apropiarse del espacio, adquirir dinamismo y mejorar su desplazamiento en el ring.
La silueta de Yoendis demuestra la habilidad que adquieren los deportistas al entrenar subiendo y bajando tribunas durante varios minutos.
Ismael permanece con los brazos arriba a la espera de que su entrenador toque el silbato para comenzar uno de los ejercicios del entrenamiento. Mirar de frente y tener los puños cerrados significa estar concentrado y preparado para lograr un K.O.
Las altas temperaturas de la isla deshidratan a los boxeadores.
El cuerpo de estos luchadores demuestra el exceso de ejercicio que deben realizar a diario.
Después de hacer algunos ejercicios, Yoendis se pasea detrás del ring de boxeo, cuyas cuerdas cuelgan desgastadas por el tiempo.
Ciro toma una cinta para vendar sus manos. Antes de golpear los sacos de arena, es importante proteger los nudillos y las muñecas.
El entrenador toma el tiempo de cada uno de los ejercicios durante el entrenamiento. Por periodos de uno, dos y cinco minutos, los boxeadores golpean, se mueven y se ejercitan sin detenerse, hasta escuchar el silbato.
Una vez puestos los guantes, los boxeadores golpean bolsas de arena de diferentes tamaños para fortalecer sus muñecas y nudillos.
(Si le interesa la isla, aquí puede pillar parte de la movida skater cubana)
