Algunas verdades sobre los energizantes
Después de una jornada laboral ultra extendida el cuerpo no sirve para nada. Es normal que publicistas, artistas, periodistas, ingenieros, arquitectos, entre otros, acumulen horas y horas de trasnocho, y en la mañana no hay tinto que valga; un RedBull es la luz al final del túnel. Mucho se dice sobre los supuestos daños que causan al cuerpo los energizantes, pero en realidad hay pocas certezas. ¿Qué está pasando legalmente? ¿Me puede dar un infarto si las tomo?
El pasado 25 de marzo los representantes a la cámara Juan Manuel Valdés y Armando Zabaraín, presentaron una ponencia con la cual buscaban prohibir la venta y/o consumo de bebidas energizantes a menores de edad y, además, regular su comercialización. La petición terminó por hundirse porque “no existe un sustento científico sólido que ratifique que estas bebidas son realmente nocivas para jóvenes y niños”.
El crecimiento en las ventas de estas bebidas en el país es titánico, por eso una de las conclusiones a las que se ha llegado es que al contener un alto nivel de cafeína podrían desestimar la producción de café en Colombia. Y el asunto no para ahí.
En este proyecto de ley se esperaba, entre otras cosas, prohibir la venta de estas bebidas en lugares donde se ofrezca también alcohol, y establecer un tamaño de empaque que no supere los 250 ml.
Frente al revuelo que ha levantado el tema, y tratando de desmitificar algunas afirmaciones sin fundamento que se hacen a diario, el nutriólogo Benjamín Ramírez (MS.c. Ph. D. Medicina Funcional y Enfermedades Crónicas) asegura que estas bebidas tienen en común la presencia de tres sustancias: Cafeína, que es el estimulante y puede variar entre 75 y 200 mg dependiendo de la marca (tenga en cuenta que una taza de café contiene 100 mg aproximadamente), Taurina / Carnitina, que estimulan el sistema nervioso al mezclarse con la cafeína, y finalmente vitaminas del Complejo B, que previenen la deshidratación que puede causar la cafeína.
Los anteriores ingredientes, mezclados con saborizantes, colorantes, preservativos, antioxidantes y sales minerales (algunos también presentes, por ejemplo, en las gaseosas que toma a diario), en un consumo regulado, puede que no lo afecten mayormente si usted es una persona sana.
El problema se presenta cuando el consumidor sufre alguna condición patológica a nivel cardiovascular, metabólico, nervioso, endocrinológico, entre otras, en las cuales no se recomienda la ingesta de cafeína. De ser así, por su salud, mejor evítelo.
Por su parte el abogado Hermann Garrido, representante de la Acción Popular, argumenta que multinacionales como Red Bull violentan nuestras leyes (las colombianas) dando a entender que este producto es un rehidratante cuando es un estimulante. El hombre, famoso por haberse enfrentado jurídicamente al Invima y al Ministerio de Salud, sostiene que la publicidad de estas marcas atenta contra los derechos colectivos a la salubridad pública y de los consumidores.
El problema se presenta cuando el consumidor sufre alguna condición patológica a nivel cardiovascular, metabólico, nervioso, endocrinológico, entre otras.
El Consejo de Estado dio pie a la regulación de estas bebidas después de que el Alto Tribunal le diera la orden al Ministerio de Salud de que las empresas fabricantes de estos productos debían poner en sus etiquetas una advertencia: estas bebidas pueden ser perjudiciales para la salud en menores de edad, embarazadas o lactantes y, en general, personas sensibles a la cafeína.
El gobierno tiene 9 meses para revisar esta regulación y ordenar al Invima hacer el respectivo seguimiento.
Garrido explica que estas bebidas se podrán seguir comercializando sin ninguna dificultad como se ha venido haciendo hasta ahora, y que los cambios vendrán una vez se haga oficial la normatividad; para entonces, el que no acate lo solicitado legalmente enfrentará sanciones administrativas.
El Doctor Ramírez considera que los energizantes no son dañinos. En cambio piensa que es su incorrecta utilización, las mezclas con otras bebidas y los malos hábitos alimenticios los que hacen que estas bebidas tengan tan mala fama.
Cuando se combinan con bebidas alcohólicas, lo altos niveles de azúcar (una lata de 250 ml puede llegar a tener hasta 30 gr de azúcar) afectan el sistema nervioso central, y aunque las sensaciones de placer y satisfacción aumentan momentáneamente, esta ingesta puede hacerlo perder el conocimiento.
Por otro lado, hay que recordar que ingerir azúcar en altas cantidades aumenta significativamente su peso corporal, llevándolo, claro, al sobrepeso, la dislipidemia, hiperuricemias y otras alteraciones metabólicas. Si se toman energizantes en exceso, las cifras de ácido úrico pueden aumentar, generando gastritis y, en general, como cualquier bebida carbonatada, la acidez estomacal.
El debate sobre los pros y contras de estas bebidas ya ha pasado por diferentes países. En Francia, Dinamarca, y Noruega, por ejemplo, prefieren venderlo en farmacias; en otros lugares, más radicales, retiraron el producto del mercado. Países como Colombia, Argentina, Estados Unidos y Nueva Zelanda han autorizado su venta libre.
Hay que recordar que ingerir azúcar en altas cantidades aumenta significativamente su peso corporal, llevándolo, claro, al sobrepeso, la dislipidemia, hiperuricemias y otras alteraciones metabólicas.
Tampoco es recomendable combinar energizantes con líquidos diferentes al agua potable. Y es mejor que no se le ocurra mezclarlo con sustancias herbales o farmacéuticas, ya que esto puede causar neuroglucopenia (falta de azúcar en el sistema nervioso), migrañas, fotosensibilidad, insomnio y hasta comportamientos adictivos poco frecuentes.
En Cartel Urbano preferimos ver los dos lados de la moneda. Desmitificar algunos supuestos urbanos insustanciales y, mejor, darle voz a la gente que sabe del tema. Si va a echarse un torito rojo o un Vive 100, primero revise su cuerpo y sus limitaciones médicas.