
El futuro no es una espera, es una búsqueda
Hablamos con los tres artistas colombianos encargados de hacer las intervenciones para la experiencia que Adidas tiene preparada en el Festival Estéreo Picnic. Una mirada al pasado y al presente que iluminan el futuro (del arte).
En 1964, Isaac Asimov, escritor ruso de ciencia ficción, reveló lo que para él sería el año 2014 y predijo la existencia de los televisores 3D, las video llamadas (una idea que algunos cineastas ya habían acuñado) y los microchips. “Satélites sincronizados, volando en el espacio, harán posible la comunicación directa desde cualquier punto de la Tierra”.
Por su parte, Arthur Radebaugh, diseñador e ilustrador futurista, deleitó a su público a finales de la década de 1950 con una serie de imágenes de carteros con jet packs y robots que suplían labores humanas. "Todos soñamos con un mejor futuro, más brillante, más emocionante, en el que las maravillas de la tecnología estarán ahí para servirnos y entretenernos".
Es un asunto verídico: el arte tiene el poder de iluminar nuestro futuro.
Adidas llega con una nueva concepción del mañana (que mira y analiza el pasado y el presente), a través de la cual la marca quiere inspirar a las nuevas generaciones para que desafíen las barreras de la conformidad, tan comunes en la actualidad. La única manera de labrar un futuro propio y optimista es rechazando esa idea que asegura que los males heredados son inevitables.
Tres personajes colombianos involucrados en el mundo del arte, quienes preparan una intervención para esta experiencia de Adidas en el Festival Estéreo Picnic, nos cuentan cómo perciben el destino y cómo crean uno propio.
Los artistas:
Camilo López pertenece al colectivo VRT, especializado en la creación de espacios de exhibición de artistas emergentes y promoción de diferentes obras artísticas y experiencias ciudadanas en espacio público.
Foto: Camilo López
Juan David Rodríguez, más conocido como Wandapot, es un diseñador gráfico que dedicó ocho años de su carrera a la publicidad. Ahora sabe que lo que en realidad le apasiona es el arte.
Foto: Wandapot
Juliana Toro es diseñadora y artista. Aunque está comenzando su vida profesional, tiene claro que lo que más le interesa es la producción de imágenes, el diseño editorial y los proyectos enfocados en la cultura y el arte.
Foto: Juliana Toro
Para ustedes, ¿qué es el futuro?
Camilo: Es una oportunidad para definir un horizonte, es el escenario de confrontación de nuestro pasado y nuestro presente que tiene como resultado la construcción de un camino propio. Es una herramienta de creación.
Wandapot: Es el momento de recoger los frutos del trabajo de su presente. Si trabaja duro y con ganas en su día a día, asegura un buen futuro.
Juliana: Es el resultado de cada paso que doy aquí y ahora.
Foto: Wandapot
¿Cómo enfrentan el futuro desde el arte?
C: En el acto creativo y en el ejercicio imaginativo, existe una experiencia similar a la idea de futuro. El arte constituye una posibilidad tangible de construir hipótesis y moldear escenarios que provoquen conversaciones en las personas, conversaciones que habiliten los cuestionamientos, que sugieran y transformen sus entornos y a ellos mismos. El arte debe ser un detonante de reflexión, un hallazgo –consciente o fortuito– a partir de la experiencia tanto del artista como del espectador.
W: No lo espero, solo pinto y no me afano porque sí o sí vendrá...
J: Enfrento mi futuro trabajando porque creo firmemente en que las cosas salen cuando uno trabaja con constancia.
Foto: Juliana Toro
Camilo, ¿ayuda el arte a la construcción de futuro?
Durante mucho tiempo la aproximación al arte y a la práctica artística partió de ideas equívocas y contraproducentes, una concepción que alejó la experiencia artística del ser humano y la parametrizó y confinó a ciertos saberes y sensibilidades.
En la actualidad, gozamos de la posibilidad de volver a tocar el arte, de vivirlo diariamente en la calle e incluso, cada vez más, de tenerlo en los espacios privados. El arte dejó de ser la indulgencia máxima de un grupo “privilegiado” y volvió –cada vez con más firmeza– a ser ese ejercicio propio de la condición humana que permite alivianar la existencia, comprender la vida y sus obstáculos y reducir a su máxima expresión la sacralizada y solemne en el mundo. En ese sentido, el arte deja de ser alternativa para la construcción del futuro y se convierte en una necesidad y urgencia de cualquier sociedad e individuo que busque hallar su sentido y su forma.
Foto: Camilo López
Wanda, ¿sobrevivirán el stencil y el muralismo a los adelantos de la tecnología?
Seguro que si el arte trasciende época, espacio y lugar, los adelantos tecnológicos serán solo un ramillete de nuevas técnicas o ideas que le suman a la obra. Lo que importa es el contenido, la conexión que tiene con el espectador y lo que logra trasmitir.
Y para eso solo se necesita una buena idea, las técnicas son solo eso, técnicas que con el tiempo cambian y ayudan a darle un poco de contexto y tiempo a la obra. Como cuando uno escucha una canción y dice: “esto es muy noventero o muy ochentero”. Lo mismo pasa con el arte.
El muralismo y el stencil existen desde mucho antes de que los Beatles nacieran y no veo por qué deba morir con el tiempo.
Foto: Wandapot
Juliana, ¿cuánto cree que cambiará el arte en unas décadas gracias a la tecnología?
Creo que más que cambiar, el arte se va a polarizar entre los que toman la ventaja de la tecnología y aquellos que defienden las formas más análogas y tradicionales. No obstante, la mezcla que se va a dar entre estos dos medios va a ser muy interesante y ahí es donde realmente se va a vivir un cambio.
La tecnología es una herramienta más que permite llevar a otra escala los proyectos.
Foto: Juliana Toro
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