Volketa: la casa impredecible

Es una marca de ropa y un proyecto cultural. Entre sus signos de identidad están el hip hop, la salsa, el graffiti y otras manifestaciones de la subcultura. Fiestas repentinas, que se difunden voz a voz, son clave y sello distintivo de Volketa.

De un momento a otro, en Volketa puede armarse una fiesta o una exposición con dj’s, arte y moda. Es la forma de que se conozca lo que se hace en la casa y las creaciones de quienes, como Sergio Alférez, su fundador, asumen como propio el mundo de la subcultura y sus distintas expresiones. Músicos, artistas visuales, graffiteros, diseñadores y otros creadores nutren este proyecto editorial y marca de ropa que nació en 2009.

Sergio es publicista, pero dejó su carrera cuando decidió que era posible “vivir de lo que a uno le gusta sin tanto protocolo”. Estaba convencido de que una buena idea y un capital pequeño serían suficientes. Era conocido por sus graffities, pero no quería transformarlos en mercancía. Tuvo otra idea. Desde el colegio le gustó el diseño de camisetas y retomó ese interés para lanzar Volketa. Para su  lanzamiento, creó una colección y además una revista digital, para difundir lo propio y lo ajeno, en un momento de auge de tribus urbanas.

“No vi desde el punto de vista de la subcultura una publicación que mostrara su esencia”, dice Sergio. “Decidí entonces sacar la revista, que pegó, como la ropa”.

Sergio edita la revista digital en solitario y es quien toma cada decisión en Volketa, que también hace artes para discos, stickers, fanzines y diferentes proyectos ligados al arte de la subcultura. Entre sus aliados están sus amigos del colectivo Ala Siniestra, para armar las fiestas, y dos costureras: "Distribuyo el tiempo entre hacer ropa, fiestas, exposiciones, ferias, apoyar proyectos de otros, alimentar la página y al mismo tiempo tratar de mantener mi carrera artística personal”.

“La ropa funciona y eso da un buen colchón para hacer los proyectos”, explica. “Volketa comenzó con un capital que se invirtió en la ropa y en la parte web. Eso dio un retorno, que reinvertí. Ya cobramos una entrada a los eventos, y vendemos bebida y comida. Garantizamos a la gente que se la pasa bacano en una fiesta interesante, que aporta algo a la subcultura y crea redes”.