Nacidos para rodar

Cada cicatriz esconde una historia, una anécdota, un recuerdo de alguna de sus rodadas. José David, el mayor, comenzó a montar hace poco más de diez años, en las faldas escarpadas de la Comuna 13, un territorio difícil, permeado por la violencia y la drogadicción. 

 –Me crie allá, y recuerdo que mis primeros ollies y flips fueron en el Eduardo Santos, en Las Malvinas. Cuando se me quebraba la patineta, le pegaba tablitas por debajo. 

Nunca imaginó que intercambiar con un vecino su bicicleta –que recién había armado– por una patineta marca Independent, traída de Estados Unidos, sería decisivo en su vida. En una zona caliente, dominada por combos delincuenciales y marcada por el horizonte gris del no futuro juvenil, la tabla se convirtió en una suerte de salvavidas. 

–Es algo que ya forma parte de mí, la patineta es como una parte de mi cuerpo; trabajo con la industria, y aunque es difícil explicar todo lo que representa para mí el skate, sólo puedo decir que amo lo que hago y que desearía hacerlo por el resto de mi vida. 

Pero antes de José David (24 años) y de Juan Pablo (18 años) estuvo Mario, el mayor de los tres, el hermano que murió, la gran inspiración de José David en la niñez. Y más tarde, como si se tratara de una seguidilla de inspiración fraternal, o de un relevo necesario en momentos difíciles, cuando el barrio ofrecía únicamente atajos turbios, José David sería el primer ídolo y la motivación principal de su hermano menor para empezar a rodar.

"En Colombia hay skaters con estilos muy tesos, patinadores con mucha agresividad, con mucho flow, que nos pueden representar muy bien a nivel internacional."

 A Juan Pablo, menos locuaz, se le conoce como la Chinga. Cuando tenía apenas 9 años, José David le insistía en que aprendiera rápido, que intentara hacer trucos básicos en la tabla, y él, viendo cómo su hermano mayor ya empezaba a abrirse paso en la escena, ya comenzaba a viajar y a tener algunos patrocinios con varios skateshops de la ciudad, principió a practicar descalzo y a armar sus propios obstáculos para mejorar su técnica en “El Hoyo Cantarrana”, en San Antonio de Prado. 

  –Uno está en constante movimiento, se libera, se entretiene, se aleja de muchas situaciones que le pueden causar problemas. Esto es único. Mucha gente no entiende que no es sólo tener una patineta y andar en cuatro ruedas, sino salir a disfrutarlo, a viirlo, a sentirlo.    

Entre 2002 y 2003 empezaron a engancharse a los videos de los patinadores de Alianza y TKG, entre otros grupos de skaters del país, y a las fotos de las revistas especializadas. Así fueron enamorándose cada vez más del mundo del skate. Actualmente, como un sueño cumplido, los Vélez son protagonistas de varios videos de Alianza Skateboarding. 

 –Esa influencia comenzó desde el barrio, con un potencial de talento increíble. Podría mencionar también influencias como Camilo Ossa, el Kangoo, Marra, Cristian Pineda, David González, Manzano y Sebastián González, entre muchos otros –dice José David.

 Tienen un código de complicidad cuando ruedan juntos: el choque de puños al final de cada pirueta. La química, la sincronización y la fluidez con la que realizan trucos en pareja son evidentes. 

  –Desde niños siempre hemos sido muy parceros, muy amigos, aunque no faltan los roces. Pero yo respeto mucho a Juan Pablo y lo veo como alguien que me motiva y me inyecta ganas de superarme. 

David González, el reconocido skater de Medellín radicado en Estados Unidos, patrocinado por marcas como Flip, Volcom, Independent y Globe, dijo hace un par de años en una entrevista para Fox Sports: “En mi ciudad hay más estilo que nivel. Esa es la llave del skate”. Una premisa con la que los hermanos Vélez están de acuerdo. 

–En Colombia hay skaters con estilos muy tesos, patinadores con mucha agresividad, con mucho flow, que nos pueden representar muy bien a nivel internacional. Yo diría con orgullo que ese rumor sobre Medellín existe desde mucho antes de que yo patinara, porque acá hay espacios más cómodos para acoger más estilos, poder especializarse en más técnicas y ser más completos. ¿Qué quiere decir “completos”? Que pueden montar en cualquier tipo de obstáculos: la calle, skate parks, bowls, ramps, mini ramps, verts, downhill o descuelgue –explica José David. 

Si hay algo que los caracterice dentro de la escena del skateboarding es su versatilidad. Con la destreza que da la experiencia, el impulso de sus pies y el giro de sus contorsiones, las secuencias creativas y las variaciones de los trucos de estos hermanos incluyen flips, ollies, bigspins, manual, slides, grinds, grabs, crookeds, wallrides y frontsides, que realizan sobre toda clase de obstáculos: pasamanos, tubos, descensos, etc.

 Pero más que hacer piruetas, derrapes y vuelos, los Vélez parece que bailaran mientras se equilibran sobre sus tablas. Para ellos, rodar es una fiesta. 

–Siempre estoy proyectando algo de producción, trucos nuevos, algo que todo el tiempo me exija. Me gusta mucho la calle, porque es donde puedes innovar, variar, hacer cosas diferentes, buscar lugares para ser creativo y reforzar la técnica –asegura José David.

 A Juan Pablo casi siempre se le ve con audífonos. El rap, el reggae, el dancehall, la salsa y el rock conforman la banda sonora que acompaña sus piruetas y saltos. La Chinga, figura prometedora del skate nacional, ha sido patrocinado por skateshops y marcas como Vans y Amateur Brand. Ha representado a Colombia en campeonatos en Chile, Brasil, Panamá, Costa Rica y Barcelona, donde rodó durante el Red Bull Skate Arcade 2013.

José David, por su parte, ha contado con patrocinios de Nike, Amateur Brand, Natural Koncept, Arizona Tea y Milk Studios. En 2014 rodó por 20 estados norteamericanos en el marco del tour High Class Creepin’ USA, y en 2012 se lució en las rampas del Tampa AM USA y del Red Bull Manny Mania Colombia.

Los Vélez ya perdieron la cuenta de los premios que han ganado.

Su meta es crear una marca propia, llamada The VR Brothers, que promueva a las nuevas promesas del skate, tal como otros los apoyaron a ellos cuando apenas comenzaban.

–A mí me motiva muchísimo ver a tantos niños haciendo esto. Un consejo para los deportistas extremos del skate es que nunca dejen de perseguir sus sueños, no paren, porque siempre hay forma de cumplirlos –dice José David.

¿Y qué les diría Juan Pablo a las nuevas promesas de esta disciplina deportiva?

–Que practiquen el skate con amor, que se diviertan, que se entretengan con algo que los aleje de cosas negativas, y que lleven siempre su patineta a todos lados.