Save the Football: uniendo rebeldías para recuperar la esencia popular del fútbol

En los últimos años se ha empezado a validar el concepto de que el fútbol ya no es lo que fue, así como le sucede al juguete que se rompe por el innegociable paso del tiempo. En este caso, el transcurrir de los años y el desmesurado crecimiento del mercado ha llevado a que este juego sea más bien una exhibición en la que todo lo que lo integra está a la venta para el mejor postor.

El FIFA gate, que en 2015 desató la corrupción al interior de esta institución, las astronómicas transacciones entre clubes por los derechos deportivos de los futbolistas y que deja datos absurdos como los 222 millones de euros que recibió el Barcelona por Neymar, o, sin ir muy lejos, el haber llevado a Madrid un partido como River Plate – Boca Juniors, con lo que significa para el pueblo argentino y latinoamericano, solo para recibir más de 100 millones de dólares en ingresos, son situaciones que dan cuenta de la imposición de lógicas de mercado que, de a pocos, sepultan al deporte más popular del globo.

Ante este panorama, oscuro para muchos que extrañan la esencia de este deporte como uno pensado para las masas, han aparecido iniciativas de fútbol popular en las que a los niños y niñas se les enseñan primero valores y después regates. Una vuelta totalmente distinta. Esto lo hacen posible unos jóvenes estudiantes que ven el fútbol como un arma de transformación social en el sur de Bogotá y proyectos como Save the Football: Uniendo Rebeldías.

“Recuerdo que la primera vez que fui a una escuela de fútbol popular en Bogotá fue a Bucaneros y ahí les pregunté a los chicos por los jugadores que conocían. Yo pensé que me iban a decir que a Cristiano o a Messi, pero salió un chico y me dijo que le gustaba Sócrates y su Democracia Corinthiana. Me sorprendió que les enseñaran esas dinámicas y que los llevaran a Doña Juana para cuestionarse sobre porqué el botadero está ubicado en esa zona y no en el norte. Son cosas que generan conciencia”, explica Edwin Medina, fundador de Save the Football, un parche que organiza conversatorios que muestran procesos alternativos al fútbol tradicional y que buscan el cambio social.

La semilla de Save the Football fue una página de Facebook que Edwin creó bajo el nombre de Sócrates Oliveira en honor a ese futbolista brasileño, un crack con la pelota y recordado por su actividad política y social. Jugando para el Corintihians de ese país, Sócrates fomentó un sistema de participación democrático en el cual todos los jugadores y hasta los utileros del equipo, muchas veces ninguneados por los directivos de corbata, resolvían desde el menú de la cafetería hasta la repartición del dinero ganado por derechos televisivos. Con la filosofía de Sócrates como referencia, Edwin se puso a buscar historias sobre fútbol, pero que estuvieran alejadas de la visión capitalista del deporte.

Diego Bejarano

“Con esa página me di cuenta que hay muchas personas haciendo cosas con el deporte, pero cada quien por su lado. Así conocí hinchadas antifascistas de Colombia como Red Guards, Antifa Medallo, La banda del Indio o Revolución Vinotinto, y por otro lado a las escuelas de fútbol popular. Ambas tenían las mismas dinámicas y el mismo objetivo, pero tenían caminos diferentes. Mi intención fue unirlos en un mismo lugar para que expusieran sus proyectos”, cuenta Edwin, quien es comunicador social y periodista de la Universidad Minuto de Dios.

A la iniciativa de este joven, se sumó la psicóloga Nandy Nieto, quien tiene clara la articulación política en este combo de futboleros. “La movilización antifascista es un componente muy importante porque lo que se busca no es ese fútbol de estar alentando en una grada, sino que a través de todo ese poder popular y la cohesión que genera este deporte en los parches, se pueda llegar a otros espacios. La idea es romper esquemas desde el género, inculcar valores en los niños y llegar a más gente para generar conciencia sobre las necesidades emergentes que hay en los entornos”, afirma Nandy.

De izquierda a derecha: Edwin Sabogal, Diego Bejarano, Camilo Caballero, Johan Guerrero, Daniel Rincón, Ricardo Cifuentes y Nandy Nieto

Además de Edwin y Nandy, Save the Football está conformado por Diego Bejarano y Johan Guerrero, estudiantes de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital, Camilo Caballero y Daniel Rincón, politólogos de la Universidad Nacional y Ricardo Cifuentes, Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital. Aunque todos tienen afinidad con el antifascismo y comparten unos principios generales, no quisieron definir el proyecto como una coordinadora antifascista, pues individualmente tienen distintas posturas que se recogen bajo su eslogan: ‘Uniendo Rebeldías’.

El pasado 2 de junio fue un día clave, el punto de partida para Save the Football, ya que ese día realizaron su primer conversatorio, ‘El fútbol moderno a debate’, que se realizó en la Universidad Pedagógica. La idea al convocarlo en este lugar fue meterle el toque académico de cara a esa relectura que tanto necesita el fútbol. A partir de ese momento la iniciativa tomó una fuerza inimaginada, al punto que tuvieron que convocar más manos pues el camello se creció notablemente y la logística que demandaba cada evento fue progresivamente aumentando.

Conversatorio 'Fútbol y Literatura' llevado a cabo en La Valija de Fuego

A ese primer conversatorio le siguieron ‘Fútbol y literatura’, ‘El fútbol no tiene género’, ‘Gradas conscientes y fútbol popular’, 'Fútbol y Punk’ y ‘Fútbol, Estado y Narcotráfico’. Los eventos los han logrado hacer en distintos espacios como la librería La Valija de Fuego o La Hoguera, espacio que se ha convertido en el sitio de reunión del parche.

“Ahora tenemos la proyección de consolidarnos legalmente como una fundación y abarcar otros espacios diferentes a los conversatorios de música, arte o cine y poder hacerlo de una forma autosostenida para que sea un proyecto que se prolongue en el tiempo”, asegura Nandy. Durante este corto pero productivo tiempo, también han forjado alianzas con distintos procesos que trabajan de la mano del fútbol popular y consciente en Latinoamérica, como Fútbol del Sur (Venezuela), La banda de Jonás (Ecuador), Coordinadora Antifascista de Ecuador, Cultura de Barrio (Argentina), Baúl Azul, Los de Abajo y Nuestra Cruzada (Chile), una hinchada feminista de la Universidad Católica.

En los conversatorios suelen tener invitados como Catalina Vargas Duanca, representante de la organización SOMOS, quien realizó un recuento de los diferentes trabajos abordando temas como derechos humanos y fútbol en paz, Fabián Espinel, vocalista de la agrupación RAZA: rock de barrio, que pudo hablar de cómo el fútbol ha inspirado letras de la banda o María de las Mercedes “Mechi” Gómez, quien vino desde Argentina para presentar las políticas públicas en torno al fútbol y las hinchadas de su país. También son espacios en los que se realizan trueques literarios en los que sobresale la obra de escritores futboleros y que narran este deporte desde su faceta popular como los argentinos Roberto Fontanarrosa y Eduardo Sacheri, o el uruguayo Eduardo Galeano.

La venta de stickers, bufandas y mercancía relacionada con la línea de pensamiento del combo hace parte también de los eventos, en los que además les brindan el espacio a distintos colectivos para que monten sus stands y puedan ofrecer sus productos. “En uno de los conversatorios había una mesa de solo productos de Millonarios y al lado solo productos de Santa Fe. Todos los que estaban son súper hinchas, no son hinchas de radio ni televisión, son hinchas de viajar con sus equipos, pero fue muy bueno verlos compartir bajo nuestra línea. Eso es algo que a mí me enorgullece”, asegura Edwin.

Entre los proyectos a futuro de Save the Football están un conversatorio en Ecuador, gestionado por la coordinadora antifascista de ese país, además del lanzamiento del primer número de la revista y están elaborando el calendario para los próximos conversatorios que se vienen. La idea que tienen es meterse en los barrios y validar los procesos en esos espacios de los que ellos mismos vienen, para así realmente cumplir su propósito de transformar y hacer crecer.