"Graffiti en Cuba: Un acto valiente de expresión"

A medida que continuó el desarrollo de su trabajo, la firma 2 + 2 = 5 se convirtió en un movimiento artístico que creció en medio de las desigualdades sociales del país, pues,  las obras de este artista están  cargadas de simbolismo y reflexión social, transgrediendo las convenciones establecidas y desafiando la lógica misma, ya que, mediante su arte, busca cuestionar la dura realidad del pueblo cubano, sin temer a las consecuencias de expresarse en un país que vive en censura. Es relevante comentar que toda la obra de 2 + 2 = 5 nos habla de un compromiso social que se une a lo artístico con la esencia de las prácticas callejeras, porque busca no solo la resignificación de los espacios sino aportar a la memoria y a la construcción del derecho a la libertad de expresión, como modelo de valentía y fuerza estética; este artista enaltece el concepto de “Artivismo” (arte + activismo) pues su trabajo cargado de un contundente contenido social explícito utiliza el arte para comunicar la dura realidad cubana.  

Para los artistas cubanos transitar el camino del arte urbano no es fácil, la gran mayoría de sus obras son censuradas por parte de las autoridades constantemente, sus creaciones son borradas por el estado en un intento dirigido a silenciar sus voces y sofocar la expresión artística independiente pues desde las acciones artísticas callejeras es posible llegar masivamente a todos los rincones de la isla, sin tener que convocar u organizar eventos expositivos, pues, desde lo plasmado en las calles, el pensamiento crítico a las realidades que viven en las ideas creativas de todos estos artistas tiene una resonancia en el resto de la población. A pesar de todas las acciones que realiza el estado cubano en contra de sus obras, el movimiento 2 + 2 = 5 continúa creciendo y cobrando fuerza.

El contexto cubano, su historia de limitaciones y restricciones, es lo que añade significado adicional a la valentía de las y los practicantes del arte urbano y el graffiti en Cuba. La frase "la valentía se mide con lo poco que queda del café" se entrelaza día a día con la experiencia de este artista y adquiere un simbolismo profundo, pues, es la metáfora que refleja desde la realidad del café como recurso escaso en la isla y permea la valentía de los artistas en Cuba, que se nutren de la tenacidad y determinación de expresarse a pesar de las limitaciones impuestas.

A pesar de muchas dificultades, las y los artistas cubanos encontraron formas creativas de superar los obstáculos. La escasez de recursos, incluyendo la pintura, no disminuyó su necesidad de expresión para reclamar lo justo, sino que los fortaleció, porque generaron nuevas estrategias de creación,  aprendieron a reutilizar pintura vieja, buscar donaciones y realizar intercambios entre ellos, demostrando que la adversidad no los detiene, sino que los impulsa a encontrar formas alternas de acción y creación para expresarse desde lo artístico en medio de las limitaciones impuestas en su contexto..

Lamentablemente, algunos artistas cubanos se ven obligados a enfrentar el exilio o incluso la cárcel por atreverse a desafiar las políticas establecidas por el régimen cubano. La persecución y las amenazas han logrado que algunos artistas que aún viven  en la isla opten  por la autocensura como una forma de protección. Sin embargo, muchos artistas a través de sus creaciones artísticas - incluso desde el extranjero- continúan luchando y manteniendo viva la esperanza de una Cuba libre.

Mediante esta pequeña crónica se busca aportar y documentar para difundir la esencia de un movimiento artístico que crece y se desarrolla en constante lucha, evidenciando el poder que puede llegar a tener  la firma de un artista, cuando su trabajo es tan poderoso y comunicativo que se convierte en un símbolo de resistencia y transformación.

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