
Carnaval Cannabico: “Queremos que nos escuchen y que no nos vean como unos simples marihuaneros”
Con exigencias como “No más UPJ para los kolinos”, se reunieron cerca de 2000 personas pro cannabis en dos parques principales de Bogotá. Entre demostraciones de autocultivo, reclamos contra las políticas prohibicionistas y concursos, se llevó a cabo el pasado sábado 7 de mayo la celebración que da pie a la Marcha Mundial por la Marihuana.
La cita era a las 10 de la mañana en dos de los principales parques de Bogotá, el de los Hippies y el Nacional, pero no fue sino hasta la 1 de la tarde que se empezaron a llenar de personas estos sitios. El número de asistentes en cada parque estuvo cerca de los 1000.
El Carnaval Cannabico Colombiano, que da pie a una marcha, arrancó con una particularidad, aunque en ambos lugares se reunieron personas en pro del uso de la marihuana, los dos parches fueron distintos: en el Parque de los Hippies hubo más difusión de ideas y en el Parque Nacional más venta de productos cannabicos.
Distintos colectivos y líderes de movimientos se organizaron para la Marcha Mundial por la Marihuana (que arrancó a las 3 de la tarde) no sólo en Bogotá, también en Barranquilla, Medellín, Manizales, Pereira y Cali. El objetivo de las movilizaciones de este año fue el mismo de ediciones anteriores: plantear distintos puntos de vista respecto al uso recreativo de la hierba y quitarle estigmas al consumo (y a los consumidores). Este evento se realiza desde hace ocho años en Medellín y cinco en Bogotá; en las otras ciudades lleva menos tiempo.
“El evento fue un éxito —explica Lukas Pasos, uno de los organizadores de este carnaval—, se abrió un espacio para el debate de aspectos públicos en cuanto a la libertad individual del consumo de la marihuana. La gente se vio muy comprometida con los objetivos que teníamos, que eran más políticos que recreativos”.
Aunque este año se exhibieron, como es costumbre, pancartas en las que se exige la legalización, hubo otras del tipo “No más UPJ para los kolinos”. Este fue precisamente uno de los mensajes poderosos entre los debates, charlas y propuestas que se llevaron a cabo durante la jornada, pues los amantes de la hierba se cansaron de ser detenidos por parte de la Policía Nacional y llevados a la Unidad Permanente de Justicia. Todo por andar fumándose un porrito por ahí, en cualquier parque, así las autoridades sepan desde hace mucho tiempo de la legalidad del porte de la dosis personal, que es de 20 gramos de marihuana.
Otro punto importante que se trató durante el carnaval fue la eliminación de las políticas prohibicionistas que se vienen implementando durante años sin resultados positivos, las cuales han afianzado el negocio del narcotráfico.
“Estamos en total desacuerdo con lo que se está pactando en La Habana y no nos vamos a quedar callados —dice Lukas, quien también se mostró preocupado por la situación de la Reserva Van Der Hammen y las semillas nativas—. "Queremos que nos escuchen y no nos vean como unos simples marihuaneros. Que nos parchamos relajados, sin tanto visaje”.
El apoyo al autocultivo como método de abastecimiento para hacerle frente al narcotráfico fue evidente. Hubo, como en otras ediciones, exhibición de plantas de cáñamo llenas de moños, semillas y toda una variedad de productos extraídos de la hierba.
En el Parque de los Hippies hubo concursos como “la carrera del lento” en bicicleta; el último que llegara a la meta ganaba, y las condiciones eran no durar más de tres segundos en un mismo punto, no bajar los pies de la bicicleta y no irse hacia atrás. También se realizó un concurso de armado de baretos gigantes.
La tarima del Parque Nacional, que presentó una gran cantidad de fallas, no sirvió de mucho, ya que estuvo apagada toda la tarde hasta que, alrededor de las 4, se montó un Dj a tocar. También tocó Alerta Kamarada y hubo una presentación de baile del grupo Bashment Rhygin.