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DIRTY CHAT

Blasfémina
Por María Ximena Pineda
@anacaonax


Otra de las modalidades de sexo en la red, además del cyber sex vía web cam, es la de los famosos dirty chats. Una nueva modalidad que debemos agradecer, y cada vez más, a la existencia de los teléfonos inteligentes.

Sólo con whatsapp y la posibilidad de enviar snapshots ya tenemos en nuestras manos una pequeña productora de videos porno personal. Pronto el sexo “live” a través de Skype se convierte en una monótona y frustrante paja con pésima iluminación, así que los mensajes de texto con alto contenido erótico y alguna que otra foto comprometedora se vuelven una alternativa para calentarse a distancia.

Mucha gente se desinhibe en el chat, quizás porque al no tener que dar la cara se sienten con mayor confianza para ponerse kinki. El dirty chat es bastante común en solitarios, infieles o relaciones a larga distancia. Y claro, si el “texteador” tiene algún talento para la escritura, seguramente subirá el nivel de la calentura con su pornográfica retórica.

Aún sin pluma, el sexy chateador se las arregla para ir subiendo el volumen a sus líneas de chat hasta que llega a la común y anhelada solicitud de un snapshot de las partes íntimas de su interlocutor. A ellos los calientan más las fotos, a nosotras las escenas narradas sobre las que fantaseamos mientras nos masturbamos. Después de todo, la versatilidad del dirtychateo logra complacer a hombres y mujeres por igual.

Otro de los beneficios de esta modalidad de chateo pornográfico o calentamiento vía plan de datos es que entrena al típico mudo de cama, quien, con la libertad que otorga el chat, se anima a romper su voto de silencio y saca sus pensamientos más chochinos volviéndolos caracteres.

Mientras se avanza en la habilidad para escribir chats eróticos, se desarrolla también un talento como “director”, que juega un rol muy importante en el contrapunteo sexual. Por lo general, hay un “tenor” del chat que va conduciendo de cierta manera la conversación y, si es bueno y tiene agallas, también dirige la manera como debe ser tomada la fotografía, la parte que quiere ver en primer plano, la posición que debe adoptar el o la modelo, etc. El mundo del dirty chat está lleno de pequeños Spielbergs, Tarantinos, Coppolas…

Sin embargo, este chateo erótico-pornográfico tiene su riesgo. He sabido de matrimonios que se han acabado gracias a que alguna de estas narraciones calientes fue descubierta. Por eso es tan recomendable borrar toda evidencia, no solamente por evitar rupturas sino para proteger nuestra reputación. No es conveniente que algún compañero del trabajo o familiar tome nuestro teléfono y encuentre un mosaico de fotografías de nuestras tetas o de alguna otra parte ya ni tan íntima.

En el dirty chat no importan las tildes, los puntos, las comas. El dirty chat también nos da la libertad de cometer errores de ortografía pues la prioridad del escritor no es sonar erudito, en estos chats lo que importa es hacerse entender. Además, el dirty chat nos da la libertad de ponernos creativos permitiéndonos narrar las escenas más impensadas, aquellas que no estaríamos ni siquiera dispuestos a hacer en la cama real y que –gracias al chat- se convierten en una deliciosa fantasía virtual: uno de los mejores afrodisíacos que existe.

Así pues, sólo me queda desearles un rápido ascenso en el camino de escritor, productor y director de estos dirty chats que los acercarán a una erótica cyber-libertad sexual. Cuando menos piensen se van a sentir como cualquier estrella de cine b erótico (si acaso existe esa clasificación en este mundo donde hay para todos los gustos). Eso sí, cerciórense de que la persona que se queda con este pequeño archivo sexodigital no los quede odiando para que sus partes nobles no anden rodando –de manera pública y púbica- por la web.

Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Cartel Media S.A.S.

 

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