En Japón, en la Universidad de Osaka, un grupo de científicos llegó a la conclusión de que olerse las manos después de tocarse los genitales puede generar la pérdida parcial del olfato.

La explicación científica afirma que el fuerte aroma corporal generado en las partes íntimas puede interferir de manera transitoria con la respiración y los terminales olfativos.

Según la opinión de los científicos, este hecho no ocurre con las personas recién higienizadas. Sucede cuando la persona lleva varias horas sin bañarse, que es cuando se concentran los olores de la transpiración y los fluidos corporales como orina, materia fecal y flujos sexuales.

Para el estudio, utilizaron una muestra de 20 personas. 10 de ellas recién bañadas y el resto sin bañarse. Los voluntarios tuvieron que tocar sus genitales y luego olerse los dedos. Así los científicos emitieron un perfume en spray en el salón y esperaron a que los sujetos apretaran un botón al momento de percibirlo.

Los resultados fueron rotundos: aquellos 10 que estaban recién duchados pulsaron el botón casi de inmediato, mientras que las otras personas tardaron mucho más en hacerlo. Un caso extremo llevaba cuatro días sin bañarse, esta persona jamás sintió la suave esencia emitida por los especialistas.

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