Luis Santos, un joven de 24 años, lleva seis dedicados a proteger perros de esta raza “potencialmente peligrosa” y cuya cifra de abandono está disparada: 15 mensuales durante el año pasado. “La gente quiere que todos los perros se salven en Facebook y todos están llenos de buenas intenciones, pero nunca salen ni ayudan”, dice.