
NUEVAS ADICCIONES
La dependencia de un organismo hacia alguna sustancia, objeto o agente externo al que se ha habituado, es la forma convencional de definir una adicción y aunque muchos lo relacionen directamente con problemas de drogadicción o alcoholismo, tenga en cuenta que existen millones de casos atípicos.
Por estos días las adicciones relacionadas a la internet, más conocidas como las Internet Addiction Disorder van en ascenso e incluso el 70 % de los usuarios de redes sociales sienten la necesidad de conectarse apenas se levantan. Algunas series televisivas como My Strange Addiction, suman a la lista algunos casos excéntricos que dejan a mas de uno con la boca abierta.
Adicción a comer papel
Aunque un caso de este nivel no se encuentra a la vuelta de la esquina , se han identificado cuadros especiales como el síndrome de Pica, que según la revista alemana Der Spiegel atienden al instinto de algunas personas por comer materiales insólitos que van desde jabón hasta condones. Tales comportamientos están relacionados en muchas ocasiones con motivaciones físicas, mentales o culturales.
Kesha por ejemplo, es una estadounidense que le ha dado la vuelta al mundo con su adicción a comer papel higiénico. Sostiene que le agrada el tacto que tiene éste contra la lengua y confiesa que no soporta estar por más de tres minutos sin un trozo de papel en la boca, lo que la ha llevado a tener provisiones en la guantera de su carro y cartera.
Adicción al olor de chicles masticados
Para muchos no hay nada más desagradable que encontrarse con un chicle masticado pegado debajo de la mesa o la silla. Pero contrario a lo que se creería, otros participan en subastas de gomas de mascar de celebridades como Britney Spears. En el portal eBay por ejemplo, se han llegado a vender más de dos docenas de chicles que ha arrojado la princesita del pop en espectáculos o en arranques de ira.
No muy lejanos a estos particulares seguidores, está el caso de Ryan, un joven que si no es el único, quizás sí el más famoso caso de adicción al olor de chicles masticados. Cada goma recolectada es guardada en una bolsa de plástico que lo saca de apuros cuando le vienen las ansias incontrolables de sentir el singular aroma.
Adicción a instrumentos de belleza
Por estos días las mujeres no son la únicas preocupadas por su imagen personal, cada vez son más los productos cosméticos, centros de belleza y sitios web dirigidos a hombres, jóvenes y adultos. La adicción por onservar una imagen impecable y bella ha hecho que organismos como la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, adviertan que "la estética lleva al quirófano a 40.000 menores al año sólo en España" y que el 40% de los pacientes usan Botox para corregir arrugas.
Lo curioso de este tipo de situaciones es el de personas que crean necesidades obsesivas con algunos productos o instrumentos puntuales. Este es el caso de Lory, una mujer que convive con su secador de pelo las 24 horas del día, desde que tenía ocho años. La situación es tan compleja, que no logra conciliar el sueño a menos de tener el secador encendido y en sus brazos.
Obsesión con los funerales
Hablar de muerte es causal de ataques hipocondriacos, obsesivos o ansiosos para miles de personas en el mundo. Sin embargo el caso de Luis Squarisi es todo lo contrario a aquellos que le huyen al tema pues afirma que "Desde hace 20 años, me paro cada mañana, enciendo el radio y escucho si alguien murió en el pueblo para poder asistir a su velorio. Este hábito no puedo evitarlo y nació desde el momento en que enterré a mi padre.”
Los casos no paran ahí pues algunas personas se obsesionan con la propia muerte, al punto de hacer los preparativos de su funeral e incluso redactan el discurso que será pronunciado durante su entierro. Este tipo de situaciones parecen estar relacionadas con perdidas familiares que generan grandes impactos y les hacen sentir la necesidad profunda de pasar a una mejor vida.
Tanorexia: Bronceado permanente
Ya no es necesario estar en temporada de vacaciones para anhelar un bronceado perfecto. No obstante las personas adictas al sol que padecen de un trastorno más conocido como tanorexia, tienen el deseo compulsivo y poco sano de permanecer los 365 días del año completamente morenos. Al igual que la tanofobia o el miedo al sol, esta es una adicción estética muy perjudicial para la piel, que llega a ser el motivo de consulta de un promedio de 25 pacientes.
Para el presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Julián Sánchez, “este problema aparece porque, al ponerse al sol, el cerebro libera unas sustancias llamadas endorfinas o encefaquinas que hacen que la persona se sienta bien y que, cuando estas endorfinas descienden, sientan la necesidad imperiosa de volver al sol".
El pasado mes de mayo Patricia Krentcil, una mujer residente de Nueva Jersey protagonizó un escándalo pues su obsesión la llevó a poner en riesgo a su hija después de llevarla a cámaras de bronceo, causándole quemaduras en su cuerpo.
Tricotilomania: Comer cabello
Más allá de una adicción, esta manía es conocida técnicamente como Tricotilomania. Considerado como un comportamiento nervioso y obsesivo, los pacientes sienten la necesidad de arrancarse el cabello e ingerirlo. Muchos casos termina en el quirófano pues el pelo acumulado es altamente perjudicial para proceso digestivos y naturales en el ser humano.
Adicción a comer cenizas de cigarrillo
Cientos de investigaciones han tenido como foco de estudio la adicción al tabaco, de hecho se sabe que un aproximado de 25 mil personas mueren anualmente a casusa de esta adicción y que el 80% de casos de cáncer de pulmón se atribuye al tabaquismo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la dependencia al cigarrillo es la primera causada de muerte prematura y para el año 2020 se cree que las muertes ascenderán a los 10 millones. Lo novedoso es la particular adicción a oler y comer colillas de cigarrillo.
Bianca es la protagonista de este trastorno, declarándose amante del sabor y el olor de las cenizas de cigarrillo. Su obsesión es tal que ha gestionado alianzas con bares y restaurantes que se encargan de calmarle el antojo.
Esta estadounidense que se hizo famosa en el capitulo 12 de My Strange Addiction afirma que desde hace más de cuatro año se acostumbró a comer cenizas y trozos de cerámica, llegando a dedicar 150 horas mensuales a sus singulares banquetes.
Geofagia: Comer tierra
Aunque se ha demostrado que un 10% y un 30% de los niños menores de seis años suelen comer tierra, esta puede ser una costumbre no tan ajena a algunos adultos. Estos comportamientos se deben en muchos casos a alteraciones del apetito o la falta de algunos minerales en el organismo y algunos estudios indican que puede convertirse en una ayuda para absorber toxinas de la dieta.
Para Dra. Sera Young de la Universidad de Cornell, los casos de geofagia han estado presentes en todas las épocas y lugares del mundo, llegando a tener referencia de 480 informes culturales sobre este tipo de conductas.