
MI CULTIVO Y YO
Producir de manera natural y cuidar con dedicación la cantidad y calidad de su sembrado fue la idea que animó a Diego Vargas, estudiante de química pura, no sólo a cultivar su propia marihuana, sino también a crear, junto a Daniel Lara y Nickson Vanegas, Colombiannabis, una organización que le da la cara a un debate por ahora marginal.
Como creyentes convencidos de los beneficios medicinales, nutricionales, lúdicos y ecológicos de la Cannabis sativa, estos jóvenes activistas han participado en foros especializados donde han enseñado, de manera abierta y sin tapujos, los pasos y métodos más prácticos para tener un cultivo de la hierba en casa. Así, han compartido sus experiencias en el Día Mundial de la Liberación de la Marihuana, la Plataforma Colombiana por la Reforma de las Políticas de Drogas, el Plantón por los Derechos de los Consumidores y la Jornada del Libre Desarrollo de la Personalidad.
Colombiannabis promueve igualmente prácticas amigables con el entorno. Por ejemplo, los desechos orgánicos se convierten en humus para la tierra de las matas sembradas.Diego Vargas, amante de la botánica y del skateboarding, le dedica media hora en la mañana y media en la tarde al cuidado, riego, ventilación y exposición a la luz de sus retoños. Para engallar su cultivo, reutiliza desde paquetes de chitos, que sirven de papel reflector, hasta botellas de gaseosa que convierte en materas.
Diego comenzó su historia de cultivador doméstico hace dos años, gracias a un par de semillas que un amigo le obsequió. Sus primeras plantas tuvieron pocas ramas, hojas delgadas y desnutridas, pero como la práctica hace al maestro, las siguientes cosechas dieron los frutos esperados.La paciencia de jardinero le permitió tener bajo su cuidado hasta cinco plantas de Super Skunk, famosa por su agradable aroma, y White Rhino, reconocida por sus propiedades medicinales y considerada por muchos una especie salvada de la extinción gracias a la labor de colectivos como Colombiannabis. Cada cuatro meses, aproximadamente, Diego disfruta de una cosecha que le da suficiente materia prima para fumar, hacer gelatina y ungüentos que calman dolores musculares.
Colombiannabis tiene como referente local el trabajo que han desarrollado varios grupos en Medellín que promueven los derechos de los consumidores. “El activismo ha venido creciendo en Colombia, pero en Bogotá estábamos quietos: no se hablaba, no se debatía. Por eso llegamos a un acuerdo, basándonos en el modelo del autocultivo. Estamos en contra de la discriminación, razón por la cual nos mostramos sin ocultar nada, para que vean que no somos delincuentes, ni de la mafia, ni estamos enfermos”, explica Diego.
Convencido de las razones que justifican su práctica, es consciente también de que se está enfrentando a una sociedad conservadora, que no sólo castiga a los consumidores sino que además estigmatiza la autogestión de la marihuana.
De hecho, Diego insiste en que su práctica casera no es ilegal, pero sabe que su lucha se libra en un campo minado de prejuicios, señalamientos y prohibiciones. Y como lo suyo es compartir conocimientos, aquí va una guía para autocultivar.