
HIMALLINEISHON: MODA, ARTE Y CREACIÓN
DILOC, firma especializada en el mercado de camisetas, lidera un nuevo proyecto en el que se le hace un reconocimiento a los artistas locales: Himallineishon es, precisamente, una de las marcas que hacen parte de esta colección. Hablamos con Mónica Bernal, el cerebro detrás de esta propuesta.
B.A.M.V.I. es el seudónimo con el que se conoce el trabajo de Mónica Bernal, quien a su vez es el alma, el corazón y la razón de Himallineishon, una propuesta que combina diseño, arte y moda. Esta marca es la primera invitada en un proyecto de Diloc con nuevos emprendedores en el figuran nombres como Carlos Torres, Catalina Gómez, Daniel Roa, Natalia Rojas y Daniela Luna.
Bernal estudió Artes Visuales en la Javeriana y realizó cursos de Patronaje, Modas y Fotografía en Buenos Aires. Échele ojo a las opiniones de esta talentosa diseñadora.
¿De dónde nace la idea de su marca?
Himallineishon es un espacio creativo, personal e ilimitado, en donde es posible subsistir a partir de juegos mentales y obras manuales. Es un laboratorio de experimentos plásticos que incluye herramientas como tijeras, lápices de colores, cintas, maderas, tornillos, tarros de muestras, hilos, pegantes, tintas, recortes viejos y palabras, entre otros. Es la oportunidad de sobrevivir en un mundo cruel y gris con las únicas cosas que sé hacer y que me hacen feliz: jugar, crear y recrear.
¿Cómo fue el proceso para posicionar la marca?
Ha sido una rutina que lleva 5 años y que incluye disciplina, insomnio, colores, clases de finanzas, un perro, aciertos, errores e imaginación. Ah! y aunque suene cursi, un montón de paciencia y amor. En Himallineishon los procesos son mas importantes que los resultados, cada logro obtenido se ha convertido en nuevo camino que incluye desde juegos mentales hasta tardes eternas de análisis y contabilidad.
¿En qué se inspira a la hora de crear?
En una infinidad de cosas: desde semillas voladoras atrapas en frascos en París, hasta historias escuchadas en restaurantes de mala reputación. Lo que cuento en mis productos es la transformación de la realidad de mi día a día. La inspiración está en el parque leyendo un libro de Murakami, mientras mi perro toma el sol; está en el café del desayuno del domingo, mientras contesto estas preguntas; está en la soledad, en la compañía, pero sobre todo, en la disciplina.
¿Su opinión del arte y el diseño en el país?
Trato de verlo a través de la luz de la imaginación. Si lo miro a la luz del sol, con los ojos, me doy cuenta que faltan espacios, promotores honestos y comprometidos. De la misma forma como hay un montón de creadores trabajando en cosas interesantes, también los hay atrapados en el afán del dinero haciendo las cosas al revés. Pero no creo que sea un tema de Colombia, si no un asunto mundial; la inmediatez y el capitalismo le dan cada vez menos tiempo y espacio al creativo.
¿Qué piensa de proyectos como Diloc?
Son esfuerzos de verdad comprometidos con el diseño y que reúnen diferentes personas e ideas. Proyectos jóvenes, autogestionados, responsables en la selección y libres de roscas son los que pueden aportarle al medio creativo.
¿Qué ha surgido de esta unión creativa?
Una oportunidad
¿Qué le genera el ser la primera invitada a este proyecto?
Agradecimiento.
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