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Cartel Urbano
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EL ARTE ERÓTICO SECRETO DE URSS

Foto: Rowlandson

La unión soviética siempre ha tenido sus secretitos bien guardados. En los años 20 iniciaron una colección que alcanza las 12 mil obras eróticas, provenientes de todo el mundo. En este cajón de los secretos sexuales se pueden encontrar desde literatura bien caliente hasta grabados con representaciones de zoofilia.

El selecto material sexual que disfrutaban algunos bolcheviques en aquella época está hoy en el noveno piso de la Biblioteca Estatal de Rusia (antes Biblioteca Lenin), bajo llave.

En contraste con lo que se pensaba en los tiempos de la Guerra Fría, los rusos eran igual o más pervertidos que todos los humanos juntos, pues de forma secreta comenzaron a crear una colección para satisfacer sus deseos más profundos.

Foto: Utamaro C

En aquella época solo un selecto grupo, denominados elegidos, tenía acceso a este banco sexual.

Con los años la colección se fue engordando, pues algunos generosos personajes donaron sus obras. También se valían, para nutrir este secreto acopio erótico, de los objetos que se decomisaban en la aduana.

Irónico: en la Rusia comunista pregonaban que esta clase de contenido era ideológicamente perjudicial para el hombre.

La colección cuenta con libros, fotografías, pinturas y películas para todos los gustos. Al parecer lo que realmente aplicaban los rusos era eso de que en la variedad está el placer, ya que se encuentra El Decamerón, de Boccacio (XIV), algunos labrados japoneses (XVIII), literatura estadounidense de mediados de siglo XX; hasta el famosísimo Kamasutra anda por ahí.

Foto: Desconocido

Pero el asunto no termina así: también hay panfletos con cuentos eróticos y grabados como Los siete pecados capitales, del pintor Vasili Masiutin, que muestra a una mujer masturbándose.

“Hemos decidido preservar todo intacto, como una reliquia de la era en la que se creó. Además, la gerencia tiene opiniones encontradas. Unos piensan que debería ser objeto de estudio y difusión mientras que otros se oponen enérgicamente”, manifiesta Marina Chestnik, empleada de la biblioteca.

Lastimosamente para los curiosos, la colección no está abierta al público. Sin embargo la noticia deja un fresquito; hasta los opositores de contenidos sexuales, en algún momento, cayeron en las manos del erotismo.

FUENTE: 1,2

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