Una carta con referencias a las "perturbaciones sonoras" puso fin al contrato de un empleado en Francia, luego de las reiteradas quejas de los colegas que compartían el mismo ambiente con él. Un abogado de la ciudad de Montpellier, especialista en derecho laboral, dio a conocer el caso pero se abstuvo de revelar el nombre del implicado y de la empresa, por consideración con la familia del ahora desempleado.

La carta de despido de la empresa decía: "Nos vemos obligados a notificarle su licenciamiento debido a los siguientes motivos: perturbaciones sonoras tales como eructos regulares, flatulencias no disimuladas (de las que) resulta que sus faltas y su comportamiento generan tensiones y conflictos recurrentes en las relaciones con sus colegas de trabajo".

Al parecer, las acciones de mal gusto por parte del empleado eran recurrentes y más de una vez sus  compañeros presentaron quejas. Por tanto, el jefe se vio obligado a tomar cartas en el asunto y la justicia finalmente dio la razón a los que se quejaron de los eructos y pedos en la oficina.

La Corte de Apelaciones de Versalles resolvió que "las faltas deliberadas y reiteradas a las reglas del savoir-vivre (saber vivir) de este asalariado, generadoras de tensiones en sus relaciones con sus colegas de trabajo, constituyen una causa real y seria de despido".

Así mismo, se declaró que el empleado había adoptado una actitud de provocación hacia sus colegas, en respuesta a las quejas que habían puesto sobre sus conductas poco educadas. Como el hombre no hizo caso de los pedidos de respeto a las reglas de urbanidad, formuladas verbalmente y a través de correos electrónicos, y además persistió en su conducta incivilizada, hubo que apelar a la justicia laboral.

Fuente: INFOBAE.

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