
VEINTE AÑOS DE GRANDES CONCIERTOS
Con la primera presentación de Guns N' Roses en Bogotá, hace poco más de veinte años, se inició una era de grandes conciertos en la ciudad, pero en este aspecto, aún quedan muchas cosas por hacer.
El 2012 será recordado como un año importante en la historia de los grandes conciertos en nuestro país: Paul McCartney, Madonna y Lady Gaga son solo algunos ejemplos de actos que han estado en Colombia recientemente.
Pero la cosa era muy diferente en 1992, año en el que Colombia difícilmente era incluido en las giras de grandes artistas. Aun así, el 92 recibió a Dave Gilmour de Pink Floyd, Roger Daltry de The Who, Phil Manzanera de Roxy Music, Leon Nieco, Kool and The Gang y Mano Negra (en el marco del Festival Eco Mundo en Cali) y a Gloria Estefan. Uno de los diarios más importantes del país escribió “1992 ha sido el año con mayor movimiento artístico en las últimas décadas en Colombia”.
En total, en 1992 se presentaron en Colombia 24 artistas internacionales, menos de la mitad de los 54 conciertos que hubo en 2011, y los más de 60 de este año.
Por eso, la primera presentación de Guns N' Roses en Bogotá, el 29 de noviembre de 1992, fue algo especial. Más de 45 fans vieron a una banda en la cima de su popularidad: Se encontraban en el marco de la gira Use your Illusion, una de las más largas en la historia del rock, con 192 conciertos en 27 países.
Son muchas las anécdotas alrededor del concierto: el oportuno aguacero torrencial justo en medio de November Rain, los disturbios en las cercanías al estadio, y el golpe de estado en Venezuela en la misma fecha, que obligó a la banda a cancelar una de sus dos presentaciones en Colombia, pues aunque lograron salir de Caracas, no sucedió lo mismo con los equipos.
Tres periodistas culturales nos hablan del legado de este show, un hito, no solo para toda una generación de fans, sino para la historia de los conciertos en Bogotá y Colombia.
José Gandour
Periodista musical Zonagirante.com
Nunca fui fan de Guns N' Roses. Me caían mal (y Axl Rose sigue cayéndome muy mal). No obstante, fue un evento grande, sin duda, que por la cantidad de complicaciones que hubo a los alrededores del Campín, hizo que la gente aplicara por muchos años el cliché contra los rockeros.
En ese entonces los empresarios, a las malas, tuvieron que aprender varias lecciones.
El problema de los conciertos en ese entonces (y hoy) es que las entradas son muy caras y solo las pueden adquirir personas de determinados estratos sociales. Los eventos se realizan, en muchos casos, con costos que no pueden cubrir los verdaderos fans de esas agrupaciones.
Los conciertos internacionales son productos ridículamente elitistas en Colombia. Mucho del público de los conciertos que se organizan hoy en el país simplemente asiste para presumir que estuvo ahí y tuvo la plata para pagar, pero igual, cuando entran, ponen al Iphone a grabar todo mientras se emborrachan sin ver la presentación.
Seguramente hubo un aprendizaje técnico y logístico, pero el irrespeto que tienen muchos de estos empresarios hacia su clientela sigue siendo igual.

Escritor, columnista, bloguero El Blogotazo
No estuve en el concierto de Guns N'Roses. Siempre tuve una resistencia un poco inmadura a los llamados 'grupos de moda'. Hoy, para ser muy franco, me arrepiento de no haber asistido.Un detalle que se me viene a la mente fue una parodia que hizo Jeringa en Sábados Felices, en la que pintaba a los 'gunners' como a patanes.
También recuerdo que se hizo publicidad en las emisoras de Antena 2 durante las transmisiones de los partidos de fútbol. El locutor no conocía el nombre del grupo y lo leía mal. Decía algo así como "No estuvimos cuando Cristóbal Colón llegó a América. Pero sí estaremos para presenciar el mejor concierto de todos los tiempos". Y luego remataba con un Guns N'Roses muy mal pronunciado: "GanzRoz" (tal como te lo transcribo).
Otra cosa que no olvido es que por las mismas fechas Chucho Merchán organizó un concierto en Cali al que asistieron verdaderas leyendas de la música como David Gilmour o Roger Daltrey. La visita de Guns N'Roses los opacó.
Ante las pocas opciones, la juventud de finales del siglo XX era bastante conformista. Hasta ese entonces venían Air Supply o Quiet Riot (ya un tanto decadentes) y los trataban como a huéspedes ilustres, cual si fueran el Papa Juan Pablo II y su séquito.
A los australianos, por ejemplo, los llevaron a Villavicencio y por poco les entregan las llaves de la ciudad. 88.9 escogió 'Making love out of nothing at all' como la canción de la década.
Casi 20 años después podemos decir que ya somos una plaza tenida en cuenta por la agenda de artistas de primer nivel.
Eso lo prueba, por ejemplo, la visita de Paul McCartney, quizá la más grande leyenda viva del rock; la de Lady Gaga (una cantante de quien no gusto, pero cuya popularidad no se puede negar); o la de la mismísima Madonna (que tampoco me agrada mucho, pero que sin duda es un ícono vivo del pop).
En materia de producción de eventos, logística y organización, supongo que fue toda una escuela para los empresarios. Uno habría pensado que a partir de ese momento íbamos a comenzar a recibir frecuentes visitas de artistas muy destacados. Pero el asunto tardó dos décadas en verse materializado.
Estuve en el concierto no solo como radiodifusor, sino como admirador y puedo decir que fue una muy buena experiencia y un evento que marcó la historia de la música en Colombia. Fue el primer grupo de rock que vino Colombia a responderle a sus fans, y de ahí nació mucho de la industria: sonido, luces y logística.
Si bien en estos últimos años se ha avanzado en logística y personal de manejo, vemos con tristeza que la administración pública ha sido muy enclenque: el coliseo El Campín sigue siendo un desastre, el sonido es deplorable y al Simón Bolívar todavía le falta.
El gobierno distrital no ha sido consecuente con los esfuerzos de la gente y los empresarios por mejorar la logistica: no hay un control claro y decente en la entradas y muchas veces quienes asisten a los conciertos son víctimas de la inseguridad.