Estilo grunge en Bogotá y la herencia noventera
Fotos y dirección de arte: Javier Campuzano.
Styling, maquillaje y peinado: La otra anémona.
Modelos: Alejandra Pérez Fleming, Juan Rodriguez.
Apoyo periodístico: Erika Botero.
El rasgo musical y estético de este género popularizado en Seattle a finales de la década de 1980 y principio de 1990, proclamaba un rechazo a lo limpio y políticamente correcto. Más que una forma de vestir, era una manera de “no vestir” que iba en contra de los estándares de la moda. La idea era lograr un aspecto desordenado sin grandes producciones cosméticas; como recién levantado después de una farra. Y esto se hacía obvio no solo en la ropa. La música hecha bajo esta impronta tiene un sonido sucio pero muy bien logrado gracias a la descarga energética de sus instrumentos y voces.
Hoy en día, este estilo está retomándose por jóvenes de la ciudad y el país, combinando prendas de marcas contemporáneas con otras vintage para darle un toque actual al look noventero: camisas a cuadros; pantalones desgastados, entubados y de tiro alto; camisetas intervenidas a punta de tijera; capas y capas y capas de ropa; chaquetas y sacos grandes con camisas amarradas en la cintura.
Ducky Black, Little Ramonas, Le Zapatiere, Dontcare, Old Maquiina y Whitman, son las marcas (independientes) que reunimos para darle luz a esta editorial de moda que revivió nuestros gustos por Pearl Jam, Alice in Chains y Mother Love Bone. La otra Anémona, agencia de styling, fue la encargada de darle el toque que estábamos buscando.