Tu “clika”, tu barrio
Las pandillas siguen provocándoles dolores de cabeza a las autoridades y a muchas familias de América. En México actualmente se imparten cursos preventivos por parte de La Policía para evitar la masividad de un fenómeno que guarda millones de historias inconfesables en ciudades como Los Ángeles. Es esta una descripción visual del “cholismo” como filosofía de vida.
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Los “cholos” son conocidos como tribus urbanas que surgen en lo setenta, en el barrio Chicano de los Ángeles, como respuesta a la discriminación del norteamericano blanco y como una forma de supervivencia dentro del propio barrio.
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En la actualidad, el constante flujo de jóvenes mexicanos que parten hacia el lado gringo ha generado una gran cantidad de “cholos”, quienes han pertenecido a dos o más grupos, siendo estas sus familias desde el momento en que se identifican como “clika”. Y hasta la muerte.
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“Ser “cholo”, para mí, es ser parte de la familia. Tú me tiras esquina, yo te tiro esquina. Tu “clika” es tu vida independiente del cargo. Tu vida es mi vida y la mía es la tuya, es el respeto a ti, a tus homies, al barrio”. Mario Galicia / JC Internados.
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Cada pandilla escoge libremente algo que a la vez lo identifique como "cholo" y que lo distinga de las pandillas de otro barrio.
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La adscripción al barrio, lo que antes se conocía como colonia, es la base fundamental de ser "cholo", pues el barrio representa un todo: se vive, se crece y se muere en él.
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La mujer en el movimiento representa la fidelidad, el apoyo y la fuerza. En la pandilla desarrollan actividades comerciales en lo que puedan. Generalmente son madres y dedican su vida a la crianza.
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“Ella es tu todo para mí. Es mi familia, la que está cuando tú lo necesitas”. Mario Galicia / JC Internados.
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Su rap, como en muchos lugares del planeta, habla de vivencias, cuenta historias, habla de unión.
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La palabra barrio adquiere un nuevo significado: pandilla. Muchos grupos toman como su nombre el de la calle principal de su barrio.
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La raza es pertenecer a una "clika", como lo denominan. Serlo es dignificar su vida y su muerte.
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El "cholismo" para ellos funciona como una forma de resistencia. El "cholismo rifa" es una ideología de violencia frente a la represión social. Generalmente, quienes conforman las pandillas pertenecen a los estratos bajos, son obreros, vendedoras de calle, entre otros, y esto lo reconocen con orgullo.
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La característica más evidente de la identidad es su particular indumentaria. Algunos usan tirantes, sombrero de fieltro y pañoletas.
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Los tatuajes representan su más rica forma de expresión, ya que no solo delimitan sus creencias sino también sus hazañas, sus victorias e incluso sus más íntimas derrotas.
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¿Es un simple problema de violencia, poder y drogas? Algunos psicoanalistas declaran que el meollo del asunto reside en la búsqueda desesperada de identidad por parte de la juventud de algunos barrios y en la sensación de hermandad que pueden ofrecer ciertos círculos sociales en ausencia del núcleo familiar sanguíneo.
Y esto cobra sentido solo con mirar los tatuajes de algunos pandilleros, los cuales proclaman en letras capitales que la familia es la pandilla. “Me tiras esquina y yo te tiro esquina; tu "clika", tu vida independiente del cargo: tu vida es mi vida y la mía es la tuya, es el respeto a ti, a tus homies y al barrio”, asegura uno de los personajes de este valiente fotorreportaje que sirve como radiografía a contra luz de esas tribus urbanas denominadas "cholos".
El reportero gráfico Juan Santacruz se armó con su cámara (y agallas) y se internó en una reunión de ‘cholos’. El resultado: una selección monocromática de momentos, retratos y testimonios.
