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TRAVESTIS EN EL CEMENTERIO CENTRAL

Cartel Urbano

       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde hace diez años, en plena sección J de la zona noroccidental del cementerio central, la tumba del científico Julio Garavito es el centro de peregrinación  de travestis y prostitutas de Bogotá. 

 

Cuando se habla de Julio Garavito, probablemente lo primero que se viene a la cabeza es la famosa Escuela de Ingeniería o el billete de veinte mil donde figura su rostro desde 1996. Aunque sus aportes en el campo de la ciencia son desconocidos por muchos, desde hace diez años pasó a ser el santo favorito de todos los travestis y prostitutas del barrio Santa Fe, que confían en sus poderes a la hora de multiplicar el dinero.

La historia arranca en 2002 con la muerte de doña Salomé, una mujer que por años se dedicó a ayudar a trabajadoras sexuales del centro de la ciudad. Su tumba, pegada a la de Garavito, fue exhumada años después, por lo que sus seguidores creyeron que Julio Gravito los acogería y daría continuidad a la ola milagrosa.

En la sección J de la zona noroccidental del cementerio, se ubica esta tumba que cada lunes -día de las almas-, se llena de margaritas azules, velas de colores, porros que se consumen solos y un permanente olor a agua posada y vela derretida. Desde las siete de la mañana hasta las 4:30 de la tarde es el punto de encuentro de jóvenes, travestis, mujeres y hombres de todas las edades, para quienes esta tumba se ha convertido en el fetiche que besan, acarician y en el que escriben mensajes como: “… intercede por mí para que mi negocio progrese” o “que lleguen a mi negocio buenos clientes con mucha plata”.

Algunas creyentes, con escoba en mano, le ponen orden a la tumba, cambian el agua y dejan plata sobre su lápida, advirtiendo en voz alta que quien se mete con la liga se atiene a las consecuencias divinas o a la justicia aplicada por manos propias.

 

    

 

 

Diana, una travesti vallecaucana de treinta años, 1.75 de estatura, cabello oscuro, vestida con jeans desgastados, un saco que deja ver sus implantes y una tonelada de maquillaje que oculta la barbilla naciente, arranca el ritual que repite cada lunes desde hace once años que llegó a Bogotá. Eso sí, cuidándose de no invocarlo más de la cuenta, pues ella, al igual que muchas compañeras suyas, cree que tanta rezadera puede ser causal de encuentros sexuales paranormales.

Los travestis suelen ir en combos de máximo cuatro y aunque se muestran esquivas ante los demás, se hacen sentir con un madrazo o una carcajada que se les escapa. Cuando Diana ve el lugar más despejado, se bota sobre la tumba del “duro”, enciende los paquetes de velas azules que compró a la entrada del cementerio por dos mil pesos, acomoda las margaritas en los únicos dos floreros disponibles, se ubica a la cabeza de la tumba y, augurando prosperidad, riega dos libras de arroz.

Mientras golpea la lápida, como para avisarle a Garavito de su llegada, le habla, pone un porro encendido sobre la lápida -pues cree que es la forma más efectiva para trabar al difunto y entrar en conexión-, acaricia la columna cilíndrica, toma su billete de veinte mil, lo frota y lo guarda con la convicción de que pronto se multiplicará.

-Por las oraciones de tu siervo Julio Garavito, hombre sabio y justo, aleja de mí el miedo, ansiedad y dolor. Ayúdame a enfrentar y soportar mi dificultad con fe, valor y sabiduría- ora en tono bajo con una voz ruda que la delata. 

Sigue su recorrido por el cementerio y comenta que alguna vez, cuando necesitaba dinero para salir de apuros, él le envío clientes que le pagaban con siete y hasta once billetes de veinte mil pesos, aún sabiendo que el precio estándar es de 30 mil o 60 mil pesos por servicio adicional (sexo oral, por ejemplo).  

-Ese lunes le traje un ramo bien grande, vine me le senté y me le fumé como siete baretos, ese día no quería salir de acá- Comenta.

Para el padre Rodolfo Camacho, sacerdote misionero que desde hace dos años ofrece misas frente a la tumba de Leo Kop, más allá de juzgar el fanatismo o la fe que puede despertar este personaje, está convencido de que una firme creencia puede lograr lo que parece imposible. Así que, escépticos o no, éste seguramente será un culto que se mantendrá por mucho más tiempo. 

 

Imagenes de djibnet, carlaantonelli, investigaciondediseño, losmundosdeacero.

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