Quienes se han independizado saben lo importante que es encontrar un apartamento y lo difícil que es dar con el compañero adecuado. Éstos son algunos de los tipos de “roommate” con los que muchos han tenido que lidiar.

El promiscuo(a)

Este personaje es reconocido por su éxito con el sexo opuesto. No es extraño encontrar cada mañana una persona diferente que pasó allí la noche anterior (y que por cierto, nunca volverá a ver). A usted le tiene sin cuidado el número de amantes que tenga su compañero, pero eso sí, no puede evitar sentirse algo intrigado por el secreto de su buena suerte.

El problema es que las paredes del apartamento sean tan delgadas cuando llega el momento de “ponerse cómodo” con sus múltiples invitados, así como el gran parecido que para él o ella tienen sus conquistas con trofeos de cacería.

Tampoco han sido pocas las ocasiones en las que ha tenido que recordarle a su compañero el nombre de su cita, o incluso lidiar con el que no entendió que la relación no iba a durar más de una noche. 

El siempre despechado (a)

No es la primera vez que el  disco de grandes éxitos de Chavela Vargas a todo volumen lo recibe cuando llega al apartamento. Usted ya sabe lo que pasa: a su compañero (sí, otra vez) lo dejó su pareja. Semanas atrás usted respiraba aliviado, al ver que por fin había conseguido, después de 1.265.089 intentos, a la persona indicada.

Hoy ya sabe que tendrá que aguantarse toda una noche de llanto por parte de su compañero sin que haya nada que pueda hacer. Usted está a favor de que  siga buscando a su media naranja. Lo malo es que ya se le están acabando las respuestas cada vez que le pregunta “¿será que soy yo?” al tratar de indagar sobre la causa de sus múltiples fracasos amorosos.

El obsesivo (a)

Cambiar, así sea por algunos cuantos centímetros, el orden de los objetos de la casa puede ser el peor error que usted cometa si tiene al obsesivo de compañero, seguido tal vez de no usar portavasos en la mesa de la sala. Es frecuente verlo con una escoba o trapo y una botella de desinfectante, asegurándose que cada rincón se encuentre impecable, todo el tiempo, todos los días. 

Generalmente, este tipo de compañero es pasivo-agresivo. Por eso, aunque él le repsonda con un "no hay problema" cada vez que a usted se le olvida limpiar la cocina, debe tener cuidado, pues puede que meses después le arme un escándalo monumental solo porque lavó la loza con la esponjilla equivocada, porque le desordenó su colección de toallas o porque no oprimió desde el fondo el empaque de la crema dental. 

El desordenado (a)

Todo lo contrario al obsesivo: Este personaje no tiene la más mínima idea de lo que es la limpieza. Usted nunca entra a su cuarto, y no ha tenido el menor deseo de hacerlo, solo con ver la loza sin lavar, la ropa sucia y la caja de pizza de la semana pasada que ha dejado en el resto de la casa.

Y aunque su falta de higiene personal hace que sea más económico el recibo del agua, su mal olor ya se ha apoderado de todas las habitaciones de la casa. 

Él insiste en que va a limpiar su desorden, pero nunca lo hace y usted ya está cansado de recoger su basura y platos sucios.Asi que si ya se le acabó la paciencia, bien puede confundir “accidentalmente” la camiseta favorita de su compañero con un trapo para el piso.

El fantasma

 Es aquel que tiene una extenuante y complicada jornada laboral (de la que por cierto, usted no sabe nada). Usted no tiene muy claro exactamente a qué se dedica, pero cuando se levanta, él ya no está, y tampoco ha llegado a la hora de dormir.

Los pocos minutos en los que permanece en el apartamento, está tan callado que por momentos parece que no estuviera allí.

Para muchos podría ser el compañero ideal, eso sí, si sus desapariciones no incluyen los días en los que tiene que pagar su respectiva cuota del arriendo.

El inquisidor

Cuando se conocieron le dejó en claro que, como compañeros, para él lo más importante era mantener una buena relación. Sin embargo, éste lo llevó a otro extremo, y quiere saberlo todo sobre usted: desde sus gustos en comida y películas, hasta cada cosa que hace mientras usted no está en la casa, al punto de someterlo a interrogatorios dignos de cualquier novela policíaca.

Aunque no hay nada de malo en un 'rommmate' algo más amigable de lo normal, debe tener cuidado, pues todo lo que sepa de usted puede ser usado en su contra. No se sorpenda si toma algunos de los cabellos que quedaron en su cepillo junto a alguna foto suya, para hacer un "amarre" de amor, con el brujo más cercano. 

El fiestero (a)

No importa cuánto quiera llegar a su casa a relajarse, si usted tiene este tipo de compañero, lo más probable es que no lo logre, pues siempre lo recibirá con música a todo volumen y un trago en la mano. Si usted lo tiene en su casa, jamás le pida hacer mercado: probablemente llene la nevera de cerveza y se le olivde comprar la leche y el pan. 

Ya sea un sábado en la noche o un martes en la tarde, su compañero siempre tiene algún invitado, y se las arreglará para que la más simple reunión se convierta en la razón por la cual tuvo llegar enguayabado a la reunión que tenía con su jefe. 

Si bien usted admira el espíritu festivo de su compañero, ya está un cansado de lidiar con borrachos desconocidos, sin contar las múltiples llamadas a la policía de sus vecinos por el exceso de ruido, o aquellas ocasiones en las que algunos de los invitados deciden "seguir la fiesta" en su habitación. 

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