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¿POR QUÉ SON TAN CARAS LAS BOLETAS DE CONCIERTOS EN COLOMBIA?

The Cure en Bogotá. Foto: Santiago Roa. 

En nuestro país se venden las entradas más costosas para presenciar conciertos en los peores escenarios.

Por Jorge Esteban Benavides Noguera

El pasado 12 de abril se hizo el anuncio: Black Sabbath se presentará por primera, y quizás única, vez en Bogotá. La noticia fue trascendental para muchos metaleros colombianos.

Un mes después salieron a la venta las boletas: $374.000 y $143.000, los precios de las dos localidades en el Parque Simón Bolívar. Para alguien que se gana el salario mínimo en Colombia, ver de cerca a Black Sabbath sería igual a invertir el 63% de su sueldo en dos horas de música en vivo.

Son boletas caras. Como también lo han sido las de conciertos pasados: The Cure, Paul McCartney, Lady Gaga, Aerosmith o Metallica. Por supuesto que ver a artistas mundialmente famosos no es lo mismo que ir a una presentación de Silvestre Dangond; sin embargo, en otros países de Latinoamérica los mismos shows internacionales son mucho más baratos. Aquí un ejemplo:

*Precios sin costo de servicio. En Argentina existe la posibilidad de comprar las boletas sin recargos.
**Precios con 20% de descuento. Aplica para el el 30% de la boletería del concierto en Chile.
***Precios con el 50% de descuento. En Rio de Janerio las personas menores de 21 años y los mayores de 60, así como los estudiantes y profesores, solo pagan la mitad del precio. 
Si bien las boletas pueden costar más, son posibilidades de compra reales.

La explicación de los empresarios 

De acuerdo a Luz Angela Castro, gerente general de Ocesa Colombia, "Los precios de las boletas dependen de los costos inherentes a poner en escena el show, lo cual implica en Colombia, ante la ausencia de escenarios, construir el lugar para realizar el evento. Esto incluye el escenario, todo el tema técnico, camerinos, accesos, servicios para el público, entre muchos otros gastos".

Además, Castro asegura que "Para hacer un análisis lógico, no podemos compararnos con otros países de Latinoamérica, quienes tienen una realidad diferente a la nuestra. Es oportuno hacer un análisis del mercado y precios de los shows". 

Es decir, según Ocesa, las boletas caras son consecuencia de la ausencia de escenarios idóneos en el país y la falta de mejores condiciones en el mercado, a diferencia de otros paises. ¿Y qué queda de todo esto? Algo que es ilógico: pagar más por estar en lugares pésimos.


Para Juan Arbeláez, director de proyectos de Evenpro, los precios elevados en la boletería se deben a varios factores. El primero es que los impuestos que se cobran a la hora de producir un concierto son muy altos: alrededor del 30% sobre los ingresos.

Según Arbeláez, la Ley de Espectáculos que entró en vigencia el año pasado solo ayudó a reducir los trámites, mas no el costo de los tributos. No obstante, en un artículo de Cartel Urbano publicado en enero de 2012, dijo que los precios de las boletas sí iban a bajar por causa de la ley. Ver el artículo completo aquí.

Otro factor que menciona Arbaláez es la falta de público en Colombia. Mientras en Buenos Aires cerca de 50 mil personas fueron a ver a The Cure, en Bogotá la cifra apenas superó los 15 mil asistentes. Así mismo, la gente que asiste a shows musicales en el país prefiere hacerlo en las localidades más caras, pues las boletas baratas casi no se venden muy bien.


Sobre el concierto de Black Sabbath, Juan Arbeláez menciona que
 la compañía brasileña Time For Fun compró la fecha de de Colombia y después se la revendió a Ocesa a un costo mucho más alto. De esta manera, Evenpro perdió la posibilidad de producir la presentación en Bogotá. Esto también podría explicar los precios altos de las boletas.

Además, Arbeláez critica que la localidad preferencial de Black Sabbath tenga un aforo para doce mil personas: "Me parece una desfachatez cobrar tanto por algo que no tiene absolutamente nada de V.I.P." 

 

La gente es la que pierde

Si los culpables son los impuestos, los empresarios que solo van a la fija o la falta de escenarios idóneos, ¿quién paga al final? El público. 

"Es costosa la boleta para este país, pero cuando alguien es fanático de un artista, hace lo imposible por ir a verlo. Yo estoy pagando la boleta de Black Sabbath a cuotas, porque le pedí prestado a un amigo que tiene mucho billete", cuenta Pedro Valderrama, quien por más de 10 años ha escuchado los discos de la banda liderada por Ozzy Osbourne.

Tal vez, lo más indignante de esta historia es que en Colombia se vendan las boletas más caras de Latinoamérica, pero para asistir a los lugares menos apropiados. Ver a una de las bandas más importantes de la historia del rock en el Foro Sol de México o en el Estadio Nacional de Chile puede costar menos de 60 mil pesos; en cambio, verla en el Parque Simón Bolívar cuesta más del doble.

Y este es tan solo uno de los problemas que enfrenta la industria y la cultura de conciertos en Colombia. 

 

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