Los tiempos de entrega, las colecciones, el capital, las alianzas, proveedores, más y más tiendas emergentes en la ciudad y en el país, hacen complicada la tarea de sobrevivir en el mercado independiente aunque exista calidad e innovación.

Por: Angélica Parrado Sánchez.

Cartel Urbano habló con We Are Life, una marca de ropa que se ha podido mantener gracias a la acogida de sus productos y está a punto de sacar su segunda colección; Sebastián Galvis, realizador de líneas pret-a-porter (en cantidades) y con Juan Diego Ruíz, ex integrante de la sociedad que conformaba la marca SweetNightmare para saber cuáles son los motivos reales por los que muchas iniciativas desaparecen, y las recomendaciones para quienes están pensando en materializar ideas similares.

- EL APOYO DE LAS MARCAS: Sebastián Galvis.

Este diseñador de 23 años, entró al mundo de la confección por la cercanía que tenía su papá con el campo, desde primer semestre tuvo la idea de hacer lo que los demás no pudieran o sencillamente no supieran hacer.

“En principio todo el mundo escucha que eres diseñador y empieza... ay yo quiero esta chaqueta así o este buso, creo que asumen que uno fabrica barato pero diseñar, coser y armar una sola cosa sale mucho más caro que hacerlo por cantidad, en mi caso soy fanático de hacer líneas pret-a-porter y no diseños exclusivos o de alta moda.”

Bandas, empresas, líneas que quieran lanzar productos de calidad, con buenas telas y que no sean para un par de usos nada más pueden y han contactado a Sebastián, quién también borda, hace moldes y ejecuta colecciones enteras.

De la manera en que ha sobrevivido y ha podido posicionar su marca personal, es trabajando con plata de los clientes directamente, Sebastián solicita el capital total antes de empezar para no poner en peligro sus finanzas.

Su sugerencia es que “cada grupo o persona que quiera entrar en el mundo de la creación textil, producción y distribución evalúe el mercado, porque por más ideas y capital que exista, se puede estar en el lugar equivocado.”

- LOS SOBREVIVIENTES: We Are Life.

Esta marca nació como un proyecto en 2010 gracias a la iniciativa de Juan Galvis. Está compuesta por un grupo de jóvenes diseñadores dedicados a crear, compartir y ayudar a otros, bandas en su mayoría y pequeños negocios difundiendo su labor por medio de la ropa y permitiendo que entreguen un valor agregado a sus clientes.

We Are Life empezó a crecer, convirtiéndose entonces en un estudio de diseño, una marca de ropa y una organización promotora. La primera muestra al mercado tuvo una gran acogida, tanto así que actualmente están a punto de sacar su segunda colección en alianza con HeyHomies.com.

Este colectivo por medio de algunas prendas, aporta a la campaña "Your Perspectives, My Hope" en pro de la niñez colombiana junto a Hogares Club Michin y Asociación Hogares Niños por un Nuevo Planeta.

En una opinión opuesta a la de Sebastián, los integrantes de We Are Life afirman que “hay que tomar todos los riesgos necesarios si creen que eso es lo que quieren hacer el resto de sus vidas. Es decir si eso los hace felices, no hay dinero que valga.”

Este colectivo piensa que el fracaso de una tienda se debe a que mucha gente no valora los procesos y los productos finales, porque para ciertas personas no existe el "diseño" como tal. Aunque aclaran que también debe haber casos puntuales en los que se cree que una tienda de diseño independiente es “traer cositas que se compran (porque hay muchos productos parecidas en otras tiendas), así que se debe proponer más”.

- LOS QUE YA NO EXISTEN: SweetNightmare.

SweetNightmare comenzó como un proyecto de tres "amigos" motivados por el progreso personal y mutuo. Existía el interés de conseguir dinero con la marca, aunque sabían que los primeros meses de acreditación serían pérdidas, mientras recuperaban los cuatro millones de pesos que habían conseguido para empezar.

Ofrecían un producto alternativo que al inicio se vendió muy bien, camisetas estampadas con diseños hechos por ellos mismos. Lo que buscaban era que quién compraba tuviera algo de buena calidad, a un precio accesible y que no iba a encontrar en cada esquina.

"El pulpo (maquina industrial para efectuar estampados con mayor calidad y rendimiento) ya era nuestro, igual las tintas, y los accesorios para estampar, pero empezar a cubrir los pagos de la confección de las camisetas fue un poco complicado cuando empezamos a notar la falta de un control administrativo, es que se hizo insoportable no obtener ganancias, ni las más mínimas y así mismo pagar las cuotas del crédito.”

“En la casa de uno de nosotros se estampaba y la confección se hacía en un satélite. Solo logramos una producción de 200 camisetas que salían a $13.000 pesos y se vendían en $25.000. Kipo, Rebel House, y Suicidal Forms nos ofrecieron vender la mercancía pero igual no funcionó. Se cubría el 75% del total con lo que se vendía y el otro 25% nos tocaba ponerlo.”

Entrando en una crisis de rentabilidad, pensaron que el salvavidas era producir camisetas para bandas y empresas y aunque por un momento los mantuvo, las personas que acudían al servicio de estampado no eran cumplidas con los pagos y hasta ahí llegó todo.

“La situación entre los socios se tornaba tensa porque el dinero se hacía escaso misteriosamente, así existieran ventas mínimas. El interés de auto gestión se fue perdiendo y el compromiso se fue a la basura y con ella la ilusión de rescatar la marca. Esta es la hora en que una amistad tipo trípode se desbarató, generando conflictos y desconfianza. Así fue que murió SweetNighmare con la esperanza de haber impuesto un estilo particular en Bogotá y en muchas partes de Colombia”, afirma Juan Diego.

Si en algo coinciden varios de estos jóvenes, es en que “los negocios no son amigos y los amigos no son socios” sin embargo We Are Life ha sido un buen ejemplo de una sociedad; con diferentes palabras todos son conscientes de la responsabilidad que es crear una marca, diseñar y satisfacer un mercado en cualquier lugar.

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