
POLE DANCE EN CALZONCILLOS
El hombre que está encaramado en el tubo es acróbata de telas, se llama Ángel Castillo, está casado, tiene una hija y aclara que el pole dance no es un deporte exclusivo de mujeres o gays. Si él lo practica, advierte, es porque es una forma de ejercitarse que exige el empleo de todo el cuerpo, desde la mente hasta las puntas de los pies. Además, por su carácter un tanto teatral, ayuda también a trabajar las emociones.
- Por eso sirve para desahogarse –dice este artista de circo de 27 años.
Desde hace un año, Castillo entrena de lunes a sábado en la academia bogotana Uptown Girls.
- El pole me da agilidad y fuerza y me ayuda a tener más control de mí mismo. Acá se involucran emociones extremas por el riesgo que implica y eso hace que sea mucho más que un deporte. Tiene, en gran medida, características circenses.
Actualmente, hay varias escuelas de baile en Bogotá que ofrecen clases de pole dance, pero no son más de cinco las que se especializan en esta práctica: Pole Fitness, Dance in Motion, Poledance Studio Bogotá, Uptown Girls Pole Fitness & Art Studio y Dancity Pole & Jazz. Estas cuentan con módulos como cardio, coreografías o estiramientos.
El rango de edades de quienes practican pole dance es amplio. Desde niñas de siete años hasta señoras de sesenta. La idea que algunas personas tienen según la cual hay que tener un cuerpo esbelto para practicar pole dance es falsa. Muchas mujeres con sobrepeso son bailarinas expertas.
Para Ángel, este deporte es más que una moda. A nivel internacional, ya está consolidado en varios países, y a pesar de que en Colombia no lleva más de cuatro años, su práctica ha ido en aumento.
Castillo se ha presentado en bares, cabarets, circos y eventos empresariales. Dice que le ha sorprendido la mentalidad tan abierta de la gente adulta que lo contrata en busca de novedad y autenticidad. No hace shows sensuales, sino entretenidos y acrobáticos.
Mucha gente concibe el pole dance como un pasatiempo orientado a la seducción, propio de bares de streeptease. Pero lo cierto es que comenzó a practicarse hace mucho tiempo como atracción circense, antes de ser llevado al mundo del cabaret.
Ahora sus practicantes de ambos sexos lo reivindican como un deporte riguroso y estricto, y hombres como Ángel Castillo aseguran que lo que les atrae del pole dance es poder trabajar la fuerza y el estado físico, no la sensualidad.
Fotografías por Alejandra Soto