Asesinas en serie, viudas negras, homicidas pasionales y hasta matricidas se reúnen en esta pasarela oscura que demuestra, una vez más, que la maldad no sólo habita en los hombres. De hecho, según expertos en psicología criminal femenina, cuando el sadismo, la perversión o la pasión homicida emergen en las mujeres, su poder destructor puede llegar a límites aún más aterradores.

“Somos ángeles y demonios, criaturas celestiales, tan vulnerables, que terminan forjando su propio infierno por querer ganar el cielo…”.
                                                                    Pauline Parker

Por Miguel Mendoza Luna

La Reina de la Coca
Griselda Blanco (1943-2012)
País: Colombia
Periodo de sus crímenes: 1970-1985
Clasificación: narcotraficante, viuda negra, extorsionista
Alias: la Madrina, la Reina de la Coca, la Ballena Blanco
Esta fanática de la película El Padrino, que bautizó a uno de sus hijos Michael Corleone y a su perro le puso Hitler, asesinó a dos de sus maridos. Al primero lo mató para quedarse con el segundo, y a éste lo ultimó con un disparo en la cara, por traición. A los once años, cuando su expediente criminal apenas se abría, secuestró y posteriormente mató a un niño. En los años setenta empezó a enviar cocaína a Estados Unidos. Una vez que obtuvo ganancias astronómicas, desató una cruenta guerra que prendió las alarmas de la DEA. Su nombre se convirtió en sinónimo de terror. Mientras que a sus amigos les regalaba Ferraris, a sus enemigos los mandaba torturar y descuartizar (se dice que fue responsable de más de 250 homicidios). En 1986, la DEA la arrestó. Estuvo presa en una cárcel de Los Ángeles durante 18 años, y en el 2004 la liberaron y deportaron a Colombia. Hace algunos meses, la precursora del entrenamiento de sicarios movilizados en motos murió en Medellín a manos de un asesino motorizado.

La Viuda Negra de Córdoba
Antonia Lorenza Giampietro (1959)
País: Argentina
Periodo de sus crímenes: 2003
Clasificación: ladrona en serie, envenenadora
Alias: la Seductora Mortal
Interceptaba a sus víctimas (ancianos jubilados) a la salida de los bancos o de las cajas pensionales de Córdoba (Argentina). Una vez que se ganaba la confianza de un incauto con promesas sexuales, le proporcionaba somníferos en alguna bebida para luego apoderarse de su dinero. Dos hombres murieron como consecuencia de las fuertes dosis que les había suministrado. En ese entonces Antonia, de 44 años, vivía con su hijo y sus padres, a quienes mantenía. Una autopsia demostró que la primera víctima había fallecido como consecuencia de la ingesta de un ansiolítico llamado alprazolam. Varios casos de pacientes mayores intoxicados con ese mismo medicamento alertaron a los médicos de diferentes centros hospitalarios. Los casos reportados ocurrían durante los días de pago de pensiones. Tras vigilar en algunos lugares de cobro, la policía obtuvo un registro en video del modus operandi de Giampietro. A Antonia la arrestaron en el momento en que abordaba a una nueva víctima. En el 2004 la juzgaron por ocho robos y por los dos homicidios. Hoy purga una condena de 24 años de cárcel.

Dos criaturas perversas 
Pauline Parker (1938) y Juliet Hulme (1939)
País: Nueva Zelanda-Inglaterra
Año del crimen: 1954
Clasificación: matricidas, asesinas pasionales
Pauline, de 16 años, era una joven tímida y poco atractiva. Por el contrario, Juliet, de 15, era hermosa y encantadora. Las unió la soledad y el propósito de ser diferentes del resto de las chicas de su colegio. Sus conservadoras familias, después que descubrieron la apasionada relación que sostenían, decidieron separarlas. Ante el inminente desenlace, la pareja selló un pacto de amor eterno para permanecer unidas e ideó un plan que impidiera la ruptura. Sus padres consintieron que las jóvenes pasaran una última semana juntas. Al encontrarse en casa de Pauline, condujeron a la madre de ésta por un bosque con el pretexto de dar un paseo. Una vez allí, la golpearon con una roca envuelta en una media hasta fracturarle el cráneo. En un principio declararon que se había tratado de un accidente, pero pronto confesaron la verdad. Sus diarios, en los que evidenciaban el sueño en común de convertirse en escritoras, delataron la premeditación del crimen. Halladas culpables, su condición de menores de edad las salvó de la pena capital. Estuvieron en prisión tan sólo cinco años, tras los cuales se les prohibió volver a reunirse. Pauline ingresó en un convento, donde vivió varios años. Actualmente trabaja en una escuela de equitación. Juliet adoptó una nueva identidad  (Anne Perry) y se convirtió en una popular escritora de novelas de misterio.

La Envenenadora de Monserrat
Nombre: Yiya Murano (1930)
País: Argentina
Periodo de los crímenes: 1979
Clasificación: estafadora, envenenadora
Tras la fachada de una mujer culta y encantadora de la alta sociedad, envenenó a tres amigas suyas con cianuro mezclado en galletas. Yiya debía una suma considerable a sus víctimas. El 27 de abril de 1979, la policía la detuvo. La había delatado su hijo, quien más adelante escribió un libro en el que reafirmó la maldad de su madre. Aunque Yiya nunca confesó, fue declarada culpable. En 1982, un juez la absolvió de todos los cargos y la dejó en libertad. Tres años después, la Cámara de Apelaciones evaluó las pruebas en su contra y la condenó a cadena perpetua, pero obtuvo una importante reducción de la pena y salió de prisión en 1995. Se supo que a los jueces que intervinieron a favor de su libertad les envió, como señal de agradecimiento, una caja de bombones. Al parecer, ninguno fue capaz de probarlos. Ya anciana, es una oscura celebridad en su país.

La Bruja
Nombre: María Concepción Ladino (196?)
País: Colombia
Periodo de los crímenes: 1994-1998
Clasificación: estafadora, envenenadora en serie
Alias: la Hermana María, Doña Conchita, Yolanda
De acuerdo con el programa Instinto asesino, de Discovery Channel, una vez que convencía a sus clientes de someterse a extraños rituales de magia, que implicaban beber pócimas que supuestamente garantizaban la obtención de fortuna, María Concepción se apoderaba de su dinero. En realidad, los brebajes mágicos eran escopolamina o contenían algún poderoso veneno. En los barrios bogotanos de Fontibón y Ciudad Jardín Norte, en complicidad con algunos hombres, estafó a varias personas. Uno de los episodios más aterradores fue el asesinato a pedradas, en las afueras de Bogotá, de tres hermanas a las que manipuló con la enfermedad de su madre desahuciada para robarles una modesta herencia de trece millones de pesos. A otra de sus víctimas la incineró. El Juzgado 52 Penal del Circuito de Bogotá la halló culpable de los crímenes de seis de sus clientes, pero los 40 años a los que la condenaron inicialmente terminaron en detención domiciliaria.

La Mataviejitas
Juana Barraza Samperio (1958)
País: México
Periodo de los crímenes: 2002-2006
Clasificación: asesina en serie, torturadora, violadora
Esta analfabeta fue en su juventud una popular figura de la lucha libre. Cubierta por un antifaz en forma de mariposa y forrada en una malla de color rosa, era conocida en los cuadriláteros como la Dama del Silencio. “Ruda de corazón” era su lema de combate. Barraza fue responsable de por lo menos 17 asesinatos de ancianas (se cree que pudieron ser más de 48). Con la falsa identidad de una trabajadora social ingresaba en la casa de sus víctimas, a las cuales estrangulaba. Al momento de su captura, confesó experimentar placer sexual durante los homicidios. Siempre se vestía con un buzo rojo y usaba un estetoscopio como arma para asfixiar a las indefensas ancianas. En su casa se encontró un altar a la Santa Muerte y una imagen de Jesús Malverde, el santo de los narcotraficantes. En la prisión se hizo amiga de Sara Aldrete, más conocida como la Narcosatánica (traficante y asesina en serie), vinculada a ritos de magia negra, que le enseñó a leer y con quien ha establecido en prisión una red interna de tráfico de drogas.
 

La Poeta
Nombre: Giuliana Llamoja (1986)
País: Perú
Fecha del crimen: 5 de marzo de 2005
Clasificación: matricida
Esta atractiva joven peruana, autora del libro de poemas El amor y la Vía Láctea, fue sindicada de asesinar a su madre mediante 63 cortes y puñaladas provocados con dos cuchillos de cocina. Las circunstancias del crimen son aún desconocidas en detalle, pero al parecer el hecho se generó en medio de una discusión. Algunas fuentes aseguran que Giuliana planeaba envenenar a su madre con un líquido matarratones. Condenada a doce años de cárcel, sólo estuvo en prisión entre el 2006 y el 2009. Como expresidiaria, bajo la figura legal de “semilibertad”, ingresó a estudiar derecho (su padre es juez y la ha apoyado durante todo el proceso). En una entrevista con Jaime Bayly, la Poeta insistió en que la muerte de su madre fue consecuencia de una situación de “legítima defensa”, una especie de accidente “fortuito”, según ella, ocurrido en medio de la oscuridad. De acuerdo con la prensa peruana, las fotografías forenses no favorecen sus afirmaciones de inocencia.

La Devoradora de Niños
Barbora Skrlová (1934)
País: República Checa
Periodo de los crímenes: 2007
Clasificación: torturadora de niños
Alias: la Huérfana Real
Con su aspecto de niña eterna, favorecido por una rara enfermedad hormonal, oculta la maldad suprema que la habita. Convenció a Klara Mauerová, el otro monstruo de esta historia, de torturar a sus propios hijos, de siete y diez años, encerrándolos en una jaula. Incluso vinculó a sus juegos sádicos a la hermana de ésta. Como en el cuento de Hansel y Gretel, las mujeres comieron partes de los cuerpos de los pequeños. Mediante una cámara de circuito cerrado vigilaban a los vulnerables prisioneros, pero desafortunadamente para ellas la señal de video se cruzó con la televisión de un vecino, quien aterrado alertó a las autoridades. Barbora, con su aspecto infantil, simuló ante las autoridades ser una víctima más y así logró huir, pero un año después fue capturada (había adoptado la identidad de un niño genio de trece años); pronto se confirmó su liderazgo en tan macabro proyecto, en el cual uno de los hijos de Klara murió como consecuencia de las torturas a las que lo sometieron.