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LOS EMPUJADORES QUE FALTAN EN TRANSMILENIO

 Foto: Kim Newton

Con 3 billones de pasajeros al año, el metro de Tokio es el más usado en el mundo. Su gran cantidad de usuarios requiere de empujadores para que cada vagón transite con su capacidad de personas más allá del límite. 

Los oshiyas, como se conoce a los asistentes de plataforma del metro de Tokio, son personas que literalmente ven a los vagones como latas y a las personas como sardinas. En las horas pico de la capital japonesa, los oshiyas se encargan de que nadie se quede por fuera del tren, por lo que empujan a todos los que se atascan en las puertas.

En las mañanas es cuando mayor afluencia de pasajeros hay en Tokio, y es allí donde los oshiyas ayudan a quienes llegaron de últimos a tomar el metro. Uniformados y con guantes blancos, empujan a los pasajeros para que las puertas puedan cerrarse, haciendo que los vagones lleguen a tener hasta el doble de la capacidad regular de personas.

Desde los años sesenta hay registros de oshiyas haciendo una labor que no sería descabellado implementarla en las estaciones más congestionadas de Transmilenio, en donde día a día se presentan conflictos precisamente en las puertas de los articulados. 

 

A pesar de la utilidad del servicio de los empujadores, no deja de ser una actividad incómoda tanto para los empleados mismos como para los pasajeros. En una ocasión, una oshiya dijo en el New York Times: "Empujar a hombres y mujeres es molesto. Si la espalda está al frente de nosotros es más fácil, pero si la persona está mirándonos es mucho más difícil porque casi no hay lugar adecuado para empujarla. De cualquier manera, siempre decimos antes: 'te empujaremos'".

Por otra parte, el hecho de que los vagones del metro vayan repletos se presta para que los pervertidos se aprovechen de las mujeres. En Japón, muchos son los casos que se reportan anualmente sobre hombres que manosean a tientas a las pasajeras del metro.

Pero fuera de todo, los oshiyas desempeñan una labor clave para acelerar el tránsito del metro y garantizar su seguridad en las puertas. Teniendo en cuenta que el tren no puede arrancar si sus entradas están abiertas, porque los pasajeros o sus objetos lo impiden, los empujadores están siempre atentos a solucionar estos percances, como se muestra en los siguientes videos:

 

 

 

 

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