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15 CAMBIOS DOLOROSOS

Se dice que 1 de cada 8 personas en el mundo tiene al menos un tatuaje y aunque la cifra va en aumento, otros cuantos se abstienen por temor al dolor. Sin embargo las modificaciones corporales con los días parecen desafiar más los instintos y temores carnales. 

Estos son solo algunos ejemplos que logran poner los pelos de punta. 

 

Piercing en el cráneo

Doloroso e impactante sería ver a una persona con un par de perforaciones en el cráneo. Europa fue la cuna de este procedimiento que requiere de anestesia para taladrar pequeños orificios en el cráneo e insertar la joya.

 

Piercing en el Tendón de Aquiles

Una perforación en esta zona del cuerpo fácilmente se puede convertir en su talón de Aquiles, pues algunos entendidos en el tema sostienen que es un riesgo innecesario. La perforación atraviesa el espacio entre el tendón y el hueso del pie, por lo que no todo el mundo es anatómicamente apto para tener este singular accesorio.
Lo excéntrico no para ahí, pues existe una forma de suspensión que usa este tipo de piercing como sustento y apoyo.

 

Tatuaje ocular

Aunque muchos consideran que no es un tatuaje doloroso pues no representa contacto con estructuras óseas, se requieren aproximadamente de unos 40 pinchazos, suficientes para causar dolor en la membrana esclerótica. Este tipo de intervenciones nacen a finales de siglo XIX para ocultar cicatrices cornéales y en el 2008 se populariza como intervención artística gracias a Shannon Larratt.

Por su parte el Instituto para la Cirugía Ocular Innovadora desarrolló una técnica que permite adherir joyas de platino de 3 mm en el globo ocular. Por 750 dólares en quince minutos usted podría quedar con una joya dentro del ojo.


Escarificación

Comunidades tribales comenzaron con esta tradición que hace de marcas y cicatrices, símbolos de valor y estatus social. En Papua Guinea por ejemplo, los llamados “hombres cocodrilo” simulan escamas en su piel como homenaje a estos reptiles que en su tradición dieron origen a la especie humana.

Como cualquier otro tatuaje, se plasma un diseño sobre la piel para luego cortar a una profundidad no superior a los tres milímetros. Con ayuda de químicos que queman la piel, máquinas para tatuar o cuchillas para raspar, los amantes de las modificaciones extremas obtienen costras y cicatrices que dan la sensación de un tattoo repujado.

 

Branding

Esto es lo más cercano a los sellos o marcas en el ganado. Generar cicatrices a punta de quemaduras en la piel es el fin de este tipo de intervención, que hecha mano de pirógrafos o líquidos abrasivos como ácido láctico o lápices de cauterización, genera marcas perfiladas. Para alcanzar el objetivo, se deben atravesar todas las capas de la epidermis, por lo que se llegan a generar quemaduras cercanas al tercer grado.

 

 

Implantes

Nada de traseros y senos hechos pues estos implantes se limitan a ubicar objetos decorativos dentro de la piel. Los implantes transdermales por ejemplo, son aquellos que salen a la superficie cutánea, instalando la parte plana de la púa o el accesorio bajo el tejido.
Los subdérmicos por su parte ,son aquellos que crean relieves decorativos dentro de la piel. La mayoría de piezas están elaboradas en titanio, silicona, teflón o materiales quirúrgicos que no sean tóxicos.
Para lograr esta intervención, es necesario hacer un corte cercano al punto donde se ubicará el implante, levantar la piel con un elevador dermal, insertar la pieza y coser.

 

 

Expansiones

Antiguamente este tipo de perforaciones eran símbolo de poder, jerarquía y su propósito era prevenir la entrada de demonios por los orificios de las orejas. Mientras estas culturas acudían a tales  modificaciones como muestra de riqueza, en este lado del mundo los jóvenes lo han adoptado como moda.
Expansiones de tres milímetros a 30 centímetros en adelante, son los tamaños que puede alcanzar, llegando a generar debilitamiento tal en la piel que la oreja puede romperse.

 

Lengua bífida

Sin consecuencias en el habla o el gusto, las personas con lengua bífida sostienen que sienten más placer cuando besan. Cierto o no, esta práctica que se hizo popular en la década de los 90 y que fue empleada como castigo en el periodo bizantino, hoy es foco de placeres y controversias. 

Aunque el procedimiento es reversible durante los primeros nueves meses, la mayoría termina por acostumbrarse a comer y a sentir el movimiento independiente de los cortes hechos con láseres quirúrgicos o escalpelos.

 

Limadura de dientes

Más conocido como el hombre reptil, Eric Spargue fue uno de los primeros en atreverse a dividir su lengua y a modificar la forma de sus dientes. Aunque culturas como la de los balineses acostumbran a celebrar una ceremonia en la que liman los dientes frontales como símbolo de evolución animal, este tipo de modificaciones clasifica en el top diez de las intervenciones más extrañas del planeta.

 

 

 

 

 

 

Tightlacing

Muchas mujeres duran horas enteras en gimnasios o sesiones de masajes para conseguir la cintura de sus sueños, de hecho estudios como el desarrollado por la Universidad de Texas demuestran que este es un patrón estético presente en todas las épocas. Pero más allá de la vanidad, el tighlacing logra modificaciones extremas en la postura y silueta femenina con el uso de corsets ajustados.
Aunque algunos no lo consideran una intervención artística, Ethel Granger popularizó la practica cuando alcanzó una cintura de 33 centímetros.

 

 

Orejas alargadas

Un cambio evidente e irreversible. Orejas alargadas al mejor estilo de los elfos, se convierten en una de las modificaciones más dolorosas y extremas. Este procedimiento más conocido como elf pointing, extrae tejido de la punta de la oreja para luego suturar los extremos y obtener la forma puntiaguda.
A pesar que muchos entran al quirófano para mejorar la apariencia de sus orejas, otros prefieren darles formas poco convencionales. Steve Haworth por ejemplo, es considerado como la máxima autoridad en esta clase de intervenciones.


Pearling

Algunos lo asumen como una modificación artística y otros como una alternativa para disparar el placer. La tradición de insertar perlas o piercings debajo de la piel de los genitales o del prepucio del pene, se hizo más famoso aún con la obra de David Reuben titulada "Everything you always wanted to know about sex “. 

En algunas regiones de Oceanía, las mujeres también acostumbran a insertar en sus labios menores objetos que producen sonidos cuando caminan. 

 

 

 

 

 

Inyecciones salinas

Inyectarse agua con cloruro de sodio para inflar determinadas zonas del cuerpo y moldearlas a su antojo es el fin de este fenómeno que nació recientemente en Japón.


Aunque en apariencia es impactante, el efecto no es duradero pues las soluciones son absorbidas por los tejidos y la parte “afectada” retoma su aspecto inicial.

Se recomienda que las inyecciones se hagan en el ángulo correcto, de lo contario serían más dolorosas que de costumbre. Los puntos más intervenidos son el rostro y los brazos que generalmente adoptan la forma de una dona. 

Aros nasales

Esta práctica que data de la antigüedad, tiene como ejemplo las tribus nómadas africanas de Berber y del medio oriente que acostumbraban a instalar aros nasales como símbolo de poder económico e incluso hay comunidades dónde este es el regalo de bodas por excelencia. La tradición que llegó a regiones de la India, promovió el uso de estas perforaciones en el costado izquierdo de la nariz, pues se creía que era efectivo para fortalecer los órganos reproductivos femeninos y disminuía los dolores a la hora de dar a luz.

Por estos días, las expansiones en la nariz o cualquier otra parte de la cara son frecuentes entre los amantes de las transformaciones extremas.

 

Piercing en el clítoris

En algunas tribus asiáticas, este tipo de perforaciones tenía una connotación de restricción sexual. Sin embargo la idea se hizo tan atractiva en diferentes partes del mundo, que el catálogo de formas y tamaños es verdaderamente sorprendente. No por esto todas las mujeres pueden lucirlo ya que requiere de un tamaño mínimo en el clítoris y en los labios.

 

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