Suramérica unida por un Choque
El Choque Cultural es la reunión de artistas de diferentes nacionalidades y disciplinas que busca consolidar, con talleres y presentaciones, el sueño de unir a Suramérica. Esta es la historia de un colectivo que nació en Cali, hace trueques, enseña a niños y se ‘alimenta’ de las fases lunares.
Bizarro Mesa / @Bizarromesa
El 24 de agosto del año pasado, en una casa del barrio San Cayetano (oeste de Cali), artistas de Colombia, Brasil y Argentina se reunieron en un espectáculo que combinó salsa, samba, tango y chacarera. Una presentación que buscaba ser el catalizador del descontento con el que se manejan las propuestas culturales en estas latitudes.
Tal vez esa fue la razón por la cual decidieron bautizar ese encuentro como ‘Choque Cultural’. Un año después esa idea se ha materializado en una propuesta que recorrió Colombia de sur a norte en bicicleta y que planea extenderse como pólvora por toda Suramérica.
Pocos meses después, el Choque se fortaleció con ecuatorianos, peruanos y bolivianos. Representantes de distintas nacionalidades que a punta de música, danza, malabares, talleres, pintura y cerveza construyen espacios de formación de líderes artísticos. Ellos entienden la responsabilidad social como una misión de compartir su talento.
Comunidades rurales, pequeños asentamientos, palenques y cabildos indígenas han recibido agradecidos la caravana bicicletera que unió a Cali con Palomino (Guajira). Fue en ese municipio pegado a las costas del mar caribe donde el Choque se quedó más tiempo para trabajar con niños, jóvenes y adultos mayores que les ayudaron a comprender que esa no era el final de la ruta, sino una estación más en el largo recorrido que desean llevar a cabo.
Allí fomentaron un lenguaje multicultural que le aportó mucho a la comunidad y al proyecto, utilizando el trueque como herramienta para financiar actividades culturales. Además, en el camino se unieron otros artistas y mochileros que entienden que la cultura es un instrumento fundamental para evitar la violencia y engrandecer al ser humano.
Su fan page es una muestra clara de sus motivaciones. El proyecto hoy ya es un colectivo internacional y multidisciplinario de artistas entre los que se encuentran músicos, cirqueros, titiriteros, bailarines, actores de teatro y artistas plásticos que comparten su conocimiento sin prevenciones. Una colisión de muchas culturas hecha espectáculo para todo aquel que lo quiera disfrutar.
Mientras el viaje continúa, el Choque Cultural habla sobre la luna llena (poca gente sabe que las fechas que se escogen para realizar las presentaciones están conectadas con las fases del satélite natural) y la importancia de romper las fronteras de Suramérica con la fusión de las culturas.
Es noviembre de 2014, ya ha pasado más de un año desde el inicio del Choque Cultural. Curió Luz, líder fundador de esta propuesta, me cuenta que algunos de los integrantes han regresado a sus lugares de origen para organizar talleres y presentaciones que, además de Cali, ya tiene jornadas programadas en Venezuela y Argentina.
Me explica que la semilla que se sembró en la Sultana ya tiene raíces plantadas más allá de Colombia; un sueño de integración que no habla de nacionalidades sino de la consolidación de un Continente donde no existen las fronteras gracias al arte y la cultura.
Casualmente es jueves de luna llena estamos en el parque de San Antonio dialogando sobre el crecimiento cultural que vive esta ciudad. La conclusión es que este es el momento de consolidar el Choque con presentaciones mensuales para que, al cabo de algunos años, se consolide con la idea de integración suramericana, tal vez uno de los objetivos principales de este sueño que poco a poco se está convirtiendo en realidad.