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MUSEOS EXÓTICOS

La palabra museo proviene del griego "mouseion" que significa casa de las musas. Estos espacios que efectivamente han sido fuente de inspiración y conocimiento para muchos, nos han acostumbrado a exhibiciones impecables de arte y alta cultura. No obstante en estos siete museos ubicados alrededor del mundo, los visitantes pueden dejarse sorprender por exhibiciones que van desde los vibradores más antiguos hasta una colección de 276 penes. 

Exótico, estrafalario o novedoso, ya juzgará usted por cuál de estos museos se pegaría la pasada. 

 

  



 

 

 

Museo de Penes 

Nada de pornografía, solo anatomía animal. Este espacio considerado como el único lugar que contiene la colección más grande de especímenes fálicos, fue fundado por Sigurður Hjartarson, ex profesor de historia en Islandia. La idea nació cuando el padre de uno de sus alumnos le obsequió un pene de toro que usaban como látigo. Desde entonces su búsqueda no ha parado y hoy cuenta con más de 170 miembros de osos polares, ballenas, focas, morsas y 19 especies de mamíferos terrestres. Hasta el año pasado recibió el primer ejemplar humano, donado por un islandés de 95 años. 


  

 

 

 

 

 

Museo del cabello de Avanos

En pleno centro de Turquía se encuentra Avanos, una pequeña ciudad que se ha hecho famosa por sus obras en cerámica de barro. Pero en esta ocasión lo novedoso no gira entorno a sus prodigios artesanales, sino a las cuevas del museo del cabello, un espacio creado por el alfarero Chez Galip.

La historia cuenta que hace más de 30 años la novia de su fundador cortó un mechón de su cabello como obsequio. Desde ese día las mujeres que visitan este lugar  donan un pedazo de su cabello acompañado de su dirección. Por allí han pasado 16000 mujeres aproximadamente y quienes los han visitado afirman que los muros se han convertido en una especie de “cielo del pelo”. 


  

 

 

 

 

 

Museo de los vibradores antiguos 

A finales del siglo XIX estalló la popularidad de los consoladores sexuales, pues los psicólogos de la época los usaban para tratar los ataques de histeria femenina y con el tiempo se convirtió en uno de los servicios más famosos de balnearios europeos. 

El juguetico sexual pasó a ser herramienta de trabajo de  médicos, que en 1880 gracias a la invención del inglés Joseph Mortimer Granville tuvieron el primer vibrador con forma fálica.  Joani Blñank fundadora del curioso museo en Estados Unidos tiene una colección de más de 20 vibradores, que comparten vitrina con versiones modernas. 


 

 

 

 

 

 

 

El museo de la basura

En los botes de basura también se conoce a la gente, o por lo menos es sugiere Annie Leonard, directora del documental “La historia de las cosas”, quien se ha declarado exploradora de botes de basura. “Es una de mis actividades favoritas cuando viajo. Me gusta ver lo que tira la gente: no conozco una manera mejor de conocer una familia, una comunidad, un país… Deberíamos mirar más en nuestros propios cubos, y darnos cuenta de que muy poco de lo que tiramos es realmente desechable”. Afirma. 

Lo realmente curioso de esto es un museo ubicado en Boston, hasta donde han llegado desperdicios de divas y galanes mundiales. Latas de caviar sin abrir de Nicolas Cage, tarros de champú “Supestar” de Madona, cremas y cosméticos de Halle Berry o puros cubanos Cohiba de Schwarzenegger son algunas de las muestras exhibidas y donadas por fanáticos de todo el mundo.  


   

 

 

 

 

 

Museo de los instrumentos de tortura medieval

Las muertes lentas y dolorosas fueron famosas en el período medieval.  Los visitantes de este museo ubicado en República Checa se convierten es testigos casi directos de las torturas de antaño. En un pequeño lugar entre el Puente Carlos y la Plaza de la Ciudad Vieja se exhiben 60 instrumentos que van desde cinturones de castidad hasta doncellas de hierro. Los asistentes pueden recorrer este espacio de punta a punta en 45 minutos aproximadamente, tiempo suficiente para salir impresionado con la barbarie de la época.  

 

  

 

 

 

 

 

Museo de saleros y pimenteros.

Probablemente se haya encontrado algún salero que por su forma, color o textura le haya generado curiosidad. La antropóloga Andrea Ludden, por su parte, ha desarrollado un especial interés por estos dispensadores que la motivaron a abrir las puertas de este museo donde exhiben más 22000 piezas.

Esta colección que se ha ido nutriendo desde hace 30 años, tiene saleros de todas las formas posibles, algunos hablan, otros son magnéticos o se mueven. "Lo que admiro es la creatividad de los artesanos que han hecho todos estos recipientes sólo para sal y pimienta. Increíbles artistas han trabajado en las piezas, y son parte de la historia. Se puede hacer un estudio Antropológico con ellos, y trazar las décadas de los cuarenta, cincuenta, sesenta, y ver cómo las cosas y la gente han cambiado." Afrima su creadora. 



  

 

 

 

 

 

Museo del calcetín

Aunque los museos suelen exponer piezas que hayan tenido algún tipo de relevancia en su momento, este lugar se ha dedicado a recoger calcetines. Más allá de la importancia que tenga una media u otra, el Museo de Naigai tiene la colección más grande del mundo con 20.000 pares. Para encontrar el calcetín mas largo del mundo o las medias que se calientan con pilas, no hay un lugar más apropiado que éste. 

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