Las telas pintadas a mano que ilustran la primavera
Laura Banchik llegó al diseño gráfico por casualidad, después de que una lesión de pierna la forzara a dejar el ballet. Pero esa pasión que no pudo meterle a la danza la deja en sus creaciones textiles, en las cuales saltan a la vista los diseños florales y los colores vívidos. Su obra le ha permitido trabajar de manera independiente para marcas importantes en la decoración de interiores.
“Mi hermano me decía que tenía que estudiar Diseño Gráfico y yo ni sabía qué era eso”, recuerda entre risas Laura. Sus estudios los empezó tarde, a los 22 años, después de que una lesión en la pierna la alejara de su pasión: el ballet y la danza contemporánea. “Durante la recuperación de mi lesión replanteé mis prioridades y gracias a los consejos de mi mejor amiga me decidí por el diseño”, dice esta argentina de 35 años, que en 2007 se graduó como diseñadora gráfica de la Universidad de Palermo en Buenos Aires.
Apenas terminó de estudiar, tuvo su primera experiencia laboral en María Cher, una importante marca argentina de ropa para mujeres. Pero pronto se saturó y decidió hacer maletas para irse a Barcelona, en donde trabajó como vendedora en boutiques francesas durante el 2008.
Muchas veces pensó en hacer entrevistas en el grupo Inditex –la empresa española dueña de Massimo Dutti, Zara y Bershka- pero no lo hizo. “No haber trabajado como diseñadora en ese momento se convirtió en un nuevo camino porque tenía mucho tiempo libre para hacer diseños sin ningún tipo de presión”, explica esta artista textil sobre cómo pudo desarrollar un portafolio más consistente.
Incluso tuvo una oportunidad laboral en los almacenes H&M pero la rechazó finalmente pues, además de aprovechar el tiempo libre para explotar su creatividad, se dio cuenta de que no le atraía trabajar para marcas grandes.
“Siendo freelance tienes más posibilidades de crear, trabajando para marcas el trabajo se vuelve más técnico que creativo. Por eso me gusta más hacer todo desde afuera”, reflexiona Laura. Con esa visión clara, ha podido trabajar como freelance para estudios independientes de diseño en Australia, Estados Unidos, Dinamarca e Inglaterra, así como para la marca Guildery, que solo trabaja con diseñadores textiles que crean colecciones exclusivas de manera artesanal para decorar hogares.
Para sus proyectos, Laura se inspira en la naturaleza, la estampa japonesa –grabados hechos con xilografía- y las estaciones, sobre todo la primavera, y esto le ha dado forma a proyectos como ‘Marbles & Soft Textures’, una obra de textiles de alta moda en la que mezcló texturas utilizando pegamento.
Hoy en día está en Nueva York y su apartamento de Brooklyn, en el que vive hace un año, está lleno de plantas. Está trabajando en un proyecto de telas pintadas a mano, con el cual muestra como ha sido su vida en la ‘capital del mundo’. A esta ciudad llegó sola, con dos maletas –una con ropa y otra con pinturas y pinceles- y con la intención de quedarse solo un mes pero se amañó y todavía no tiene fecha de regreso definida a Argentina.
Los diseños que trabaja en Nueva York son todos pintados a mano y los vende para que sean impresos en almohadas, forros para celular y computador, tarjetas postales y pocillos. Todo se puede comprar en una página de venta de arte que existe desde 2009; el precio de sus trabajos va desde los 15 dólares hasta los 200.
Ella solo vende el arte y los estudios que compran sus obras se encargan de realizar el estampado en los textiles, que terminan decorando muebles y objetos interiores de los hogares. “Yo no estampo y esto se debe, entre otras cosas, a que en Argentina es difícil estampar creaciones propias si no tienes una marca grande; ahora en Estados Unidos estoy apenas empezando a trabajarlos directamente”, dice Laura.
Es feliz en Nueva York y no extraña el color gris de Buenos Aires, su ciudad natal, muy fría durante el invierno, y que hizo que modificara toda su vestimenta: en su armario solo hay ropa de tonos grises, blancos y negros. Para contrastar esa falta de color con la que se muestra a la gente, sus diseños y pinturas los llena de colores vivos y llamativos en los que abundan el rosado, el morado y los colores ácidos, además de los diseños florales y tropicales.
Para expandir su nombre, Laura también hace colaboraciones con artistas textiles y gráficos, que trabajan moda e interiorismo, entre los que quiere incorporar a algunos diseñadores que la influyen, como Jonathan Adler y su selección de artistas, Diane von Fürstenberg y Antonio Marras.
Conozca el trabajo de esta que argentina evidencia con su obra que el camino de una diseñadora construido sin influencias puede ser más apasionante, además hace parte de #CreadoresCriollos.