
EL TATUADOR DE CERDOS
El artista belga Wim Delvoye tatúa marranos vivos en Estados Unidos. Desde que inició su trabajo artístico en 1980, Delvoye se ha caracterizado por romper esquemas y transgredir límites.
Ha sido catalogado de “irrespetuoso”, “ambiguo”, “excéntrico” y “desvergonzado”. Parte de su talento consiste en contrastar elementos atractivos y repulsivos, generando sensaciones encontradas en su público. Las personas no saben si están siendo seducidas o si deberían sentir asco y apartar la mirada. Delvoye juega con el concepto de belleza para transformarlo y recrearlo a través de distintos medios. Sus temas suelen estar relacionados con la funcionalidad del cuerpo humano y con reflexiones en torno a los dogmas de la iglesia católica.
“Los tatuajes son expresiones de gente que no participa en los debates culturales. Cuando se discute sobre arte siempre se habla de teoría, dinero y glamour. Los tatuajes, en cambio, siempre han estado asociados con la clase trabajadora, estudiantes rebeldes y criminales. Por eso, de alguna manera, es una expresión visual en el cuerpo de los cerdos”, ha dicho el artista.
Los diseños de los tatuajes varían según la anatomía del cerdo, pero normalmente dibuja trivales, calaveras y cruces. También ha tatuado el signo de Louis Vouitton y para su firma usa la misma tipografía de Walt Disney.
Llevó su proyecto a China, donde construyó la granja Art Farm para ubicar a nuevos porcinos tatuados. De todas sus obras, ésta es la que más dificultades le ha generado a nivel comercial y cultural, debido a lo que representan los animales en diferentes sociedades.
Wim Delvoye es vegetariano y no tiene posiciones religiosas que pretenda representar, ya que es agnóstico. “Como artista no tengo que ser más santo que el Papa. Ni siquiera le llamo arte, solo sé que disfruto de estos proyectos difíciles”.
Los trabajos de este artista han sido exhibidos en el MuHKA (Amberes, Bélgica), en el Museo de Migros (Zurich, China), en The Power Plant (Toronto, Canadá), en el Nuevo Museo (New York, EEUU) y en el Museo de Arte Contemporáneo (Lyon, Francia), entre otros lugares.