El collage de época de Paz Brarda
La poca afición por el uso de computadores y herramientas digitales convirtió a esta argentina de 34 años en una collagista de referencia en su país. A punta de objetos vintage –revistas viejas, libros antiguos y relojes de desarmar- convierte sus obras en composiciones de recortes y papel rasgado.
Paz supo que su trabajo estaría centrado en el collage desde que presentó la tesis de grado: un portafolio con recortes pegados hasta en la carátula que reunía sus trabajos durante la carrera. “Fue una experimentación de mi lenguaje gráfico”, dice.
Desde pequeña, nunca tuvo gusto ni habilidad para usar computadores y, mientras estudió Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires, se destacó entre sus compañeros por hacer todos sus trabajos manualmente; sus propuestas las presentaba pegando papeles y no usando ayudas digitales. Así empezó a abrirse las puertas en el arte del collage análogo.
“Aunque el collage es una técnica que no se toma tan en serio, es el mundo más generoso y solidario de todos de las artes. No existe el ego entre los que trabajamos el collage”, dice Paz sobre su especialidad, en la que se inició con el proyecto Amarillo Papel, un trabajo que recrea el paso del tiempo en el papel, que se torna amarillo, y creó con materiales de otras épocas.
Con este proyecto ganó la convocatoria para la "Edición de Verano" de la revista Cultra, que reseña las actividades de más de 200 espacios culturales de Buenos Aires.
A esta bonaerense de 34 años la apasiona lo vintage, que incorpora a sus obras a través de recortes y la técnica mixta o assemblage, en la que se ponen objetos entre los recortes.
“Todo en mi escritorio huele a papel viejo”, dice Paz. Por eso, sus materiales favoritos son las revistas y libros viejos, los platos, las puntillas y los relojes que se pueden desarmar, cosas que encuentra en las ferias de antigüedades.
Cada fin de semana asiste a las ferias en Buenos Aires, una ciudad que le transmite una melancolía gris. “Un día de feria noté que me faltaban materiales para un trabajo, sentía que no lo tenía completo, como me hubiera gustado. Varios collagistas me mandaron sobres con materiales. Como somos pocos, somos muy cercanos”, cuenta.
Esta cercanía con otros artistas la llevó a fundar, junto con dos amigos, el colectivo Chasco. Con este grupo participará en noviembre de este año en el festival Paraty, en Brasil.
Entre los proyectos de Paz también está el Taller de Collage. Una vez por semana, generalmente los sábados, se reúne con cuatro o cinco personas, a las que ayuda a desarrollar su propio lenguaje y forma de hablar a través del collage. A los asistentes siempre les recomienda llevar una maleta con los materiales que quieran usar, sin imposiciones.
Durante el taller, Paz muestra imágenes para notar qué es lo que más sensibiliza a los participantes; con su asesoría, ellos escogen el material. Paz les muestra cómo utilizar los materiales para hacer composiciones: como realizar cortes con línea definidas, rasgar el papel y taparlo completamente con otro recorte.
Entre los artistas que admira está la colombiana Sara Serna, una collagista y compositora digital de Medellín, que hace collage combinándolo con videos digitales y manuales. “La admiraba mucho y un día, solo conociéndola por Facebook, recibí un correo de ella invitándome a colaborar en una exposición de collages”, en donde mostraron sus trabajos en colaboración.
Uno de los trabajos que más recuerda, fue el que realizó junto a la escritora, cantante y actriz argentina, Rosario Bléfari en el proyecto Solistas no tan Solas de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. En este lugar, destinado a exposiciones de artistas locales importantes, hizo una proyección de collage en vivo.
Gracias a sus proyectos también ha sido invitada a participar en la Bienal Internacional de Cartel en México, y en Tecnópolis 2013 en Argentina.
Conozca los collages y la obra de esta argentina, que hace parte de nuestros portafolios de #CreadoresCriollos.