La animación colombiana quiere contar la historia nacional de otra manera

Edgar Álvarez creció con las historias de su abuelo, que era seguidor de Jorge Eliécer Gaitán. Y a partir de lo que le contó sobre la fecha de su muerte, Edgar se puso a investigar para producir Un 9 de abril, su corto animado que participará en el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos entre el 24 y el 28 de mayo en Bogotá, Medellín y Cartagena.

Más allá del asesinato de Gaitán y de El Bogotazo, la intención del corto de este director bogotano, conocido por Se lo explico con plastilina es mostrar el contexto de la ciudad durante los días de los hechos. Por eso, incluye escenas de una corrida de toros ocurrida quince días antes, en la que el animal fue masacrado por el público por ser muy manso. De esta manera, Edgar quiere transmitir cómo hervía la ciudad por aquellos días.

“La animación es la manera para llegar a más gente con temas que en principio se presentan muy densos”, reflexiona el director, que también participará en el taller de stop motion que el festival tiene programado en los Altos de Cazucá. “La idea es darles nuevas herramientas de creación a los niños, que sepan expresar lo que sienten”, dice.

Su corto ya ha participado (y ganado) en tres festivales nacionales: Cinetoro, Ojo al Sancocho y La Truca. Tal ha sido el impacto, que le han pirateado el tráiler –sí, el tráiler y no el corto- y lo han usado para animar algunos videos sobre Bogotá.

El Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos resulta un escenario ideal para cortos como Un 9 de abril. Esta iniciativa, que surgió en 2014 gracias a Impulso Films, quiere tratar de una manera alternativa las problemáticas sociales que aquejan a los colombianos, y ser un espacio en el que los cineastas nacionales y extranjeros presenten piezas que lleven a la discusión y al análisis de lo que pasa en nuestro día a día y en ocasiones pasa inadvertido.

Otra pieza cinematográfica que encaja en lo pretendido por este festival es Pueblo sin tierra, un trabajo conjunto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y Eco Emprendedores Creativos, un grupo interdisciplinario de artistas y creativos que se encargó de transformar las cifras del CNMH en una animación que permitiera una mayor conexión con el público general.

Este corto cuenta dos historias: la de una familia del Pacífico y la de una campesina anciana de la Región Andina. En ambas tramas se observa como el desplazamiento forzado le cambia la vida a aquellos que lo sufren y cómo al final son obligados a buscar refugio en las ciudades, una situación que sufren cerca de seis millones de colombianos.

El proyecto empezó en abril de 2015, cuando Eco se ganó la convocatoria realizada por el CNMH gracias a un guión que fue complementado con los datos estadísticos de la entidad. “No somos ajenos al tema del desplazamiento”, dice Juan Aragón, creativo de Eco y director del corto. Para visibilizar esta problemática, pusieron toda su experiencia como productores audiovisuales y multimedia. El estreno oficial del corto se realizó en la presentación de este año del informe anual del CDMH.

“La animación es una manera diferente de involucrarse y sentir la tristeza y enajenación de los desplazados”, asegura Juan que, junto a Eco, también ha trabajado con la comunidad indígena Emberá e Idartes en la grabación de tres singles de su música.

Un 9 de abril y Pueblo sin tierra hacen parte de una selección de 90 piezas audiovisuales, entre las que también hay películas y documentales de larga duración. Otras seis cintas animada que tratan temas de violencia, desplazamiento y pobreza, y que no se puede perder, son: Jerminación de México; A Pequena Vendedora de Fósforos y Say I Am Only Seventeen de Brasil; Up In The Sky y Formol 105 de España y Revuelta de Venezuela.

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